jueves, 6 de diciembre de 2012

Apuntes de la historia

Hace 135 descubrían el tesoro de Agamenón


La llamada Máscara de Agamenón
descubierta por Schliemann en
Micenas en 1876
El 6 de diciembre de 1876 el millonario arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, que en 1870 descubrió las ruinas de Troya en la actual Turquía, descubre a 90 km al sudoeste de Atenas (Grecia) la primera de las cinco tumbas de Micenas con abundantes y ricos ajuares funerarios pertenecientes a 20 cuerpos.






El Indiana Jones del siglo XIX

Retrato de Heinrich Schliemann
Schliemann nació el 6 de enero de 1822 en Neu-Bukow (Mecklemburgo), fue un millonario prusiano que, tras amasar su fortuna, se dedicó a su gran sueño: la arqueología. Excavó el emplazamiento de Troya  y excavó en otros emplazamientos como Micenas, Tirinto y Orcómeno, demostrando que la Ilíada describía escenarios históricos.

Heinrich trabajó de joven en una oficina de comercio en Hamburgo. Durante este periodo, a pesar de vivir en condiciones precarias, se dedicó a estudiar varios idiomas. A los 22 años dominaba siete idiomas y entró a trabajar en una compañía comercial, la casa Schröder. A los 24 años aprendió ruso, puesto que la casa Schröder exportaba añil a Rusia. Fue enviado como representante a San Petersburgo y a Moscú en 1846. Allí se independizó como negociante y en 1851 abrió una oficina de reventa de polvo de oro. A los 30 años ya tenía una enorme fortuna.


En 1852 se casó con una aristócrata rusa con quien tendrá tres hijos. Entre 1851 y 1859, realizó viajes de negocios llegando a radicarse temporalmente en California, donde se hizo banquero e incrementó su fortuna. Viajó por Oriente Medio y, al volver a Rusia, aprovechó el bloqueo provocado por la guerra de Crimea para hacer comercio de armas, provisiones y acero.

En 1866, después de trasladarse a París, comenzó a estudiar Ciencias de la Antigüedad y Lenguas Orientales en la Universidad de la Sorbona. Entretanto compró un campo de cultivo de caña de azúcar en Cuba. A pesar de todo realizaba sus viajes en segunda clase, llegando a visitar Egipto, China, India y Japón.


Una visita a Pompeya (que durante un tiempo se creyó una leyenda) le hizo recordar los relatos de su padre sobre la Guerra de Troya, la mítica expedición de una coalición griega para rescatar a Helena de su cautiverio a manos de los troyanos, y comenzó a preguntarse si no estaría también basada en hechos reales.

En 1868 visitó Grecia por primera vez. Entre los lugares que visitó, se encontraba la isla de Ítaca, donde contrató algunos hombres para realizar pequeñas excavaciones en las que realizó escasos hallazgos. También estuvo en Micenas y, tras cruzar los Dardanelos, recorrió a caballo la llanura de Troya. Ese año conoció a Frank Calvert, cónsul británico en los Dardanelos, quien compró la mitad de la colina de Hisarlik, en Turquía, donde algunos estudiosos de la Antigüedad ubicaban Troya.

Sophia Engastromenos   
En 1869, Schliemann se divorció. Se casó en segundas nupcias con una mujer griega de tan sólo 16 años, Sophia Engastromenos. Ese mismo año obtuvo su doctorado en Arqueología. Con Sophia tuvo dos hijos (a los que puso nombres de héroes homéricos: Andrómaca y Agamenón).

Convencido de que los poemas de Homero describían una realidad histórica, emprendió expediciones en Grecia y Asia Menor para encontrar los lugares descritos en ellos.


El descubrimiento de Troya

El "Tesoro de Príamo"
En Hisarlik, Heinrich Schliemann empezó a excavar, en 1870, las ruinas de Troya. Frank Calvert había realizado excavaciones preliminares siete años antes de la llegada de Schliemann y sugirió a este que la colina de Hisarlik era el emplazamiento de la mítica ciudad. Posteriormente, Schliemann minimizó en sus escritos el papel que había tenido Frank Calvert en el descubrimiento.

Los colaboradores de Schliemann destruyeron algunos restos de las capas centrales a causa de sus prisas por alcanzar los estratos más antiguos. En algunas fases de las excavaciones fue acompañado por su esposa, que solía clasificar los fragmentos de cerámica y otros restos arqueológicos que eran hallados.

Existieron numerosas dificultades durante las excavaciones, algunas de ellas derivadas de que nunca hasta entonces se había realizado una excavación de tal envergadura (y la inexperiencia de los participantes) y las producidas por el clima del lugar, que favorecía enfermedades como la malaria.

Schliemann distinguió entre varios estratos correspondientes a distintas fases de ocupación de Troya. Inicialmente creyó que el correspondiente a Troya II era la Troya cantada en la Ilíada.

En 1873 descubrió una colección de objetos y joyas de oro que llamó Tesoro de Príamo. La hizo trasladar ilegalmente a Grecia y por ello, en 1874, fue acusado de robo de bienes nacionales por el Imperio otomano y luego condenado a pagar una multa. Para volver a tener la posibilidad de que las autoridades turcas le permitieran volver a excavar en el futuro, pagó una indemnización mayor y donó algunos hallazgos al museo de Constantinopla. Por otra parte, la comunidad científica cuestionaba sus métodos y sus resultados.


Hallazgos en Micenas

Poco después realizó grandes descubrimientos en Micenas, de cuyas ruinas hasta entonces solo se conocían la Puerta de los Leones, la muralla ciclópea adosada a ella y el llamado Tesoro o tumba de Atreo.

Schliemann llegó a un acuerdo con las autoridades griegas mediante el cual pudo excavar en Micenas con el derecho exclusivo de informar de sus descubrimientos durante un limitado período a cambio de entregar todo lo que hallase en las excavaciones y de sufragar todos los gastos.

Usó la obra de Pausanias para localizar las tumbas entre las cuales se creía que se encontraba la correspondiente al legendario Agamenón. Anteriormente los eruditos habían interpretado erróneamente las indicaciones de las tumbas legendarias de las que hablaba Pausanias, creyendo que estaban ubicadas todas fuera de la muralla de la acrópolis.

En las excavaciones halló cinco tumbas (en un recinto que ha sido llamado Círculo funerario A) con un total de 20 cadáveres, y en torno a ellos abundantes y ricos ajuares funerarios, con numerosos objetos de oro, bronce, marfil y ámbar. Además halló sesenta dientes de jabalí y un numeroso grupo de sellos con grabados de escenas religiosas, de luchas o de caza. Entre estos hallazgos estaba la llamada máscara de Agamenón, fechada, sin embargo, varios siglos antes de la cronología que tradicionalmente se atribuye al legendario rey.


Dibujo de Micenas realizado por Schliemann durante las excavaciones

Christos Stamakatis, que había sido designado por el gobierno griego para controlar el trabajo de Schliemann y vigilar que todo lo que se encontrase quedase en Grecia, continuó con la excavación en 1877. Descubrió una tumba más.


Otras excavaciones

En 1876 había iniciado unos pequeños sondeos en Tirinto y en 1884, junto con Dörpfeld, regresó para excavar a mayor escala allí, inspirado en los datos que sobre esta ciudad habían escrito Homero y Pausanias. Desenterró un palacio micénico de considerables dimensiones.

En 1877 volvió a Ítaca, exploró la isla en busca de restos arqueológicos y realizó algunos sondeos, pero sin resultados.

En 1880 excavó en Orcómeno, donde encontró un tipo de cerámica que llamó cerámica minia. También descubrió una tumba del tipo tholos, de época micénica.

Schliemann volvió durante tres campañas a Troya. En ellas, su colaborador más valioso fue Wilhelm Dörpfeld. Por los hallazgos de cerámica en estas campañas, Schliemann admitió su error en su creencia inicial de que el estrato de Troya II era el correspondiente a la ciudad homérica, y en cambio ésta debía identificarse con Troya VI. Uno de los hallazgos más llamativos de la última campaña fue el denominado tesoro L, que constaba de cuatro hachas ceremoniales que trasladó también ilegalmente a Grecia.


Muerte

En sus últimos meses de vida padeció graves dolencias del oído. El 25 de diciembre de 1890 cayó desvanecido en la Plaza della Santa Caritá de Nápoles y perdió la facultad de hablar. Cuando por fin se averiguó su identidad, su médico observó que sus dolencias de oído habían afectado al cerebro y murió al día siguiente. Sus restos mortales fueron llevados a Atenas.

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