De cómo cacarear por izquierda y tranzar por derecha: el verso del desendeudamiento
Lo primero que hay que decir es que se le ha caído a los Ladriprogresistas su principal bandera, un tema sobre el cual decían que estaba todo absolutamente resuelto: el tema de la deuda pública era un tema, supuestamente, del pasado. Pero de repente el juez que tiene en la cara las arrugas de todos los años rebeló que los inconvenientes existen. Es que los Nac&Pop, fuera de su discurso progresista de cartón, jamás intentaron una estrategia seria de defensa de los intereses de los argentinos que hubiera implicado hacer una revisión y una auditoría a fondo de la deuda, cuestionar la ilegitimidad y la legalidad de la misma; pero todos estos pasos no se dieron, se siguió una lógica que venía de los gobiernos anteriores: renunciar a la soberanía argentina, emitir bonos en el extranjero bajo la legislación de la Justicia de otros países a través de bancos trasnacionales admitiendo la deuda en pleno sin ponerla en tela de juicio.
Estamos hablando de bonos de la década pasada y de los emitidos por el gobierno actual que hacen la misma prórroga de soberanía. No sólo esto, la reforma que los Ladriprogresistas proponen para el Código Civil y Comercial, por la vía del arbitraje también permite hacer exactamente lo mismo. El Gobierno mantiene esta cesión de soberanía que es una fuente de complicaciones para la Argentina.
Como también es complicado que tengamos como agente financiero a un banco de la madre patria de América del Norte y no al Banco Central. El Gobierno Nac&Pop ha sabido vendernos la defensa de los intereses de la nación mientras hacía exactamente lo contrario. El resultado de todo esto no podía ser peor.
Este gobierno es el que más ha pagado en la historia económica reciente del país –y La Jefa en persona no se cansa de alardear de ello en cadena nacional legal de la alegría–: ha pagado más de US$ 33.000 M contantes y sonantes. A pesar de ello, seguimos teniendo un volumen de deuda cuantioso; estamos cerca de los US$ 200.000 M de deuda pública, que en relación al PBI es exactamente el mismo porcentaje que en 1997: el 40% –lo que significa que desde 2005, cuando se cerró el primer canje de deuda y el pago al contado al FMI, el peso de la deuda respecto del PBI aumentó 12 puntos–. Y pese a eso andamos clandestinos por el mundo porque no sólo los enjuicia un juez yanqui, sino que una republiqueta africana nos embarga la Freedom por el mismo tipo de situación. Por lo tanto, el tan ensalzado “desendeudamiento” es un fracaso en todas sus líneas.
Por suerte la instancia superior demostró que el fallo del juez de las arrugas es anacrónico y no tiene que ver con la realidad: en un mundo que está discutiendo cómo se reestructuran deudas hacer un fallo en contra de un país que está restructurando la suya es un despropósito. Lo que la Justicia norteamericana busca es que la Argentina asuma de alguna manera los más de US$ 12.000 M en manos de los “fondos buitres”, que reconozca la jurisdicción del Ciadi y que negocie los US$ 8.000 M de la deuda con el Club de París. En la práctica, lo que va a significar todo esto es que la Argentina va a pagar toda la cuenta a pesar de todo el discurso del gobierno Nac&Pop.
El fracaso es más grande y escandaloso cuando tomamos en cuenta que la deuda de la que hablamos es en gran parte ilegal, fraudulenta e ilegítima, con miles de vicios que deberíamos haber discutido, y que por la supuesta presión insoportable del Imperio y sus laderos cipayos, como nos quieren vender los Ladriprogresistas, vamos a tener que afrontar un compromiso importante, con un agregado: vamos ya para el tercer año donde la Argentina no tiene fondos propios para pagar la deuda; con lo cual entramos, nuevamente, en el ciclo del endeudamiento. Es decir, 2011, 2012, 2013 hay déficit estructural. En los últimos tiempos el gobierno Nac&Pop le manoteó al Anses y le pidió al Central, por lo cual estamos desfondando otras instituciones y carteras del Estado. Claramente esta improvisación constante tiene su correlato: el nivel de los precios y las prestaciones previsionales actuales y futuras.
El mismo gobierno que cacarea por izquierda y arregla por derecha es un gobierno absolutamente increíble y por lo tanto esto da lugar a la situación judicial que impulsan los fondos buitres que acosan al país. Un país en serio que asume seriamente el tema del endeudamiento se debió haber puesto la deuda en estudio en su momento y no se debería haber permitido la emisión de bonos que violan el artículo 116 de la Constitución Nacional. La experiencia neoliberal de los 90 hizo que se aceptaran per se algunas normativas que van más allá de nuestra soberanía y que son una deuda de otro tipo igualmente pesada que significa reconocer la jurisdicción del Ciadi que va juntando demandas contra el Estado argentino como una espada de Damocles sobre la cabeza de todos los argentinos.
Los impresentables que festejan las presiones del Imperio y que sostienen que se debe pagar el total de la deuda por la cuestión de la “atracción de capitales” miran para otro lado cuando se les recuerda que la Argentina es un ejemplo brutal de extranjerización de capitales de connacionales: en 2001 el total de activos en el exterior de residentes locales ascendía a más de US$ 100.000 M, diez años después subió a más de US$ 190.000 M –es más, a junio de este año, ya pasaban los US$ 195.000 M–. O sea, ¡casi US$ 100.000 M en doce años! Argentina es un país que dispone de capitales suficientes como para promover su desarrollo, por lo que el tema del endeudamiento extranjero –y sus convenientes o no tasas, según la circunstancia, es sólo un complemento–. La cuestión central es la capacidad y la voluntad para orientar ese excedente en estrategias de desarrollo productivo. Ese es el tema de fondo, y la verdad y no cacarear por izquierda para arreglar por derecha.
Es que los Nac&Pop siguieron la lógica de todos los gobiernos desde la vuelta a la democracia, pero diciendo barbaridades, y si uno dice barbaridades y no tiene una estrategia seria el resultado es quedar en manos de la justicia –y los intereses– de otro país. Lo único que está puesto sobre la mesa es un señalamiento que le está haciendo la Justicia norteamericana al gobierno –que, obviamente, no es independiente de la administración norteamericana– que es muy simple: aceptar la deuda con los fondos buitres y la deuda con el club de París, que el propio Gobierno Nac&Pop se comprometió públicamente pagar más de una vez –deuda más ilegal que esa imposible. La mitad se tomó durante la dictadura; pero el Gobierno dijo que la iba a pagar completa en 2008 y no lo hizo–. A esto hay que sumar las acusas de empresas trasnacionales contra la Argentina en el Ciadi. Esos son los incumplimientos que le están reclamando.
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