Una vez más quedó demostrado que en el Interior la democracia nunca pasó. Lamentablemente en las provincias dos o tres familias tienen el Poder señorial sobre la vida, la fortuna y el honor de las personas. El poder político es apenas un apéndice que utilizan a su antojo (a veces ellos mismos ocupan la gobernación, a veces a sus familiares o empleados), lo mismo pasa en las legislaturas y el poder judicial. El Interior sigue siendo un páramo a 29 años de la recuperación de la democracia, y hoy la Justicia de Tucumán es una vergüenza nacional.
Una vez más quedó demostrado que en el Interior la democracia nunca pasó. Lamentablemente en las provincias dos o tres familias tienen el Poder señorial sobre la vida, la fortuna y el honor de las personas. El poder político es apenas un apéndice que utilizan a su antojo (a veces ellos mismos ocupan la gobernación, a veces a sus familiares o empleados), lo mismo pasa en las legislaturas y el poder judicial. El Interior sigue siendo un páramo a 29 años de la recuperación de la democracia, y hoy la Justicia de Tucumán es una vergüenza nacional.
ResponderEliminarIndignadisima, se ve que en Argentina la palabra JUSTICIA no existe... o si existe es con dinero de por medio... lamentablemente.
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