Entre caníbales
Realmente me da por las pelotas la actitud de mierda de los
colegas, que no se solidarizan con los compañeros en función de a qué bando ideológico pertenece o en qué grupo de medios trabaja. Nos estamos canibalizando ostensible y peligrosamente. Ni qué decir de un gobierno
nacional que prefiere creerles a los servicios de inteligencia de un gobierno
extranjero acusados de agredir a un grupo de argentinos sin tener en cuenta lo
que dicen nuestros connacionales y los testigos presenciales. Para colmo no
faltaron los que, haciéndose los más informados, acusaron a los periodistas
argentinos de provocar la situación al revelar alguna información que el
gobierno extranjero hubiera preferido mantener en secreto en una perversa
reedición del “por algo será”.
El periodista Jorge Lanata y un equipo periodístico de Canal
13 y TN, fueron retenidos ayer en el aeropuerto internacional de Caracas cuando
se disponía a abordar el vuelo que lo traería, a él y a su equipo, de regreso a
la Argentina. Cuando los primeros trascendidos, que comenzaron a divulgar sus
colegas de TN, hablaban de la detención de Lanata, rápidamente desde las redes
sociales muchos twitteros K comenzaron a desmentir el hecho, hasta fue
corroborado por varios legisladores argentinos que presenciaron la detención
porque compartían el mismo vuelo.
Lanata y su equipo acusaron a operativos de servicios de
inteligencia venezolanos de interrogarlos durante una hora y media, de retenerles
equipos de trabajo y personal, para después borrarles sus memorias.
Impedidos de desmentir la realidad, los twitteros K comenzaron
a minimizar el hecho, como un trámite normal de migraciones exagerado por la
cadena ilegal nacional del desánimo para desacreditar al chavismo, o empezaron
a decir que Lanata se lo había buscado por el trabajo que había hecho en
Venezuela.
Ofende a la inteligencia las declaraciones que dio el
embajador argentino en Venezuela Carlos Cheppi en 678 cuando dijo que el
gobierno venezolano le había desmentido la acusación de Lanata. ¿Acaso esperaba
que se autoincriminaran? Para colmo declaró impunemente cómo su gestión en el
momento había consistido en llamar a los periodistas argentinos luego de que
unos legisladores opositores lo pusieran al tanto, y como no le respondían los
llamados no hizo más nada. Ni hablar de
los cronistas del programa que en ningún momento se solidarizaron con su
colega.
Indigna que el subsecretario general de la Presidencia,Gustavo
López uno de los funcionarios del gobierno de la Alianza reciclados (como Nilda
Garre, Juan Manuel Abal Medina y Sabatella) diga que le suena “fabricada” la
noticia y que le “resulta extraño que con miles de periodistas, miles de
medios, absolutamente en contra [del gobierno de Hugo Chávez], con intereses
muy poderosos, como pueden ser algunos medios norteamericanos, la única persona
que haya tenido un problema haya sido él", como insinuando que si algo les
sucedió, es por algo que hicieron ellos.
Pero lo que más ofende es que el gobierno argentino y muchos
argentinos prefieran hacer de voceros oficiales y oficiosos de un gobierno
extranjero, y más todavía ver a algunos colegas que muestran hasta qué punto se
hace más urgente cada periodista deba replantearse muchas cosas. Las
diferencias ideológicas no puede derivar en una canibalización que está
destruyendo no sólo todos los códigos, sino un acuerdo mínimo de convivencia y
de debate con ideas, no con acusaciones y chicanas vacías de contenido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario