El Caso Dreyfus
El 15 de octubre de 1894 el capitán Alfred Dreyfus (nacido en 1859 en el seno de una acaudalada familia de origen judío dedicada a la fabricación de textiles, que abandonó Alsacia cuando esta región fue anexionada por Alemania tras la Guerra Franco-Prusiana; había optado en 1872 por la ciudadanía francesa para dedicarse a la carrera militar, con el deseo de ver reintegrada Alsacia a Francia) concurrió al Ministerio de Guerra de Francia a una inspección general sin ninguna prueba tangible y con expediente vacío (lo había citado dos días antes el propio ministro de Guerra, el general Auguste Mercier). Allí se lo acusó por espionaje y traición a la patria, tras lo cual el comandante Armand Mercier du Paty de Clam ordenó encarcelarlo luego de haber fracasado en su intento de arrancarle una confesión escrita y hasta sugerirle el suicidio colocando un revólver frente al capitán.
Comenzaba un escándalo que conmovería a la sociedad francesa y de todo el mundo: el Caso Dreyfus.
El origen: los hechos de espionaje
Reproducción del "borrador" El original desapareció en 1940. |
El personal del Servicio de Inteligencia Militar (SR) había interceptado el 19 en septimbre, una carta rota en seis piezas, sin firma ni fecha, enviada por correo al agregado militar de la Embajada de Alemania, Max von Schwarzkoppen. Informado del hecho el Ministro de Guerra Mercier, atacado por la prensa por considerarlo incompetente, buscó sacar partido de este asunto para realzar su imagen.
Inmediatamente ordenó investigaciones secretas para encontrar al culpable. Fue así que dieron con Dreyfus, un capitán de sólidos conocimientos técnicos, que sabía hablar y escribir en alemán, que no venía de una familia militar y que era, en ese momento, el único oficial judío aprobado recientemente por el Estado Mayor General.
La escritura del borrador y la del capitán fueron comparadas. El comandante Du Paty de Clam, a quien se le encomendó la investigación, ofició en persona de perito y concluyó que las dos escrituras presentaban correspondencias.
El general Mercier, teniendo ya un culpable, dio exagerado valor al hecho, que tomó status de «asunto de Estado». En efecto, el ministro consultó e informó a todas las autoridades del Estado. A pesar de los consejos de prudencia y las objeciones del ministro de Relaciones Exteriores, Gabriel Hanotaux, Mercier decidió continuar la investigación.
Consultó a dos expertos grafólogos: uno puso en duda la relación entre el borrador y Dreyfus, y el segundo tuvo que concluir que el acusado pudo haber falseado su propia letra. Con estas pruebas parciales, ya que la investigación sobre los antecedentes, la carrera y la vida personal había resultado infructuosa, Dreyfus sería finalmente acusado y detenido.
El Caso Dreyfus
La degradación de Dreyfus (5 de enero de 1895) |
Dreyfus fue enjuiciado por un tribunal militar, en un juicio a "puertas cerradas" y en el que el veredicto se decidió en base a pruebas secretas presentadas a último momento a los magistrados, entre el 19 y el 22 de diciembre de 1894. Fue condenado a prisión perpetua; baja deshonrosa y degradación total del ejército; y desterrado en la Colonia penal de la Isla del Diablo situada a 11 km de la costa de la Guayana francesa, por el delito de alta traición. En ese momento tanto la opinión pública como la clase política francesas adoptaron una posición abiertamente en contra de Dreyfus.
Convencida de la arbitrariedad de la condena, la familia del capitán, con su hermano Mathieu al frente, intentó probar su inocencia y para ello recurrieron a los servicios del periodista Bernard Lazare, quien lanzó una campaña en la prensa extranjera.
Simultáneamente, el coronel Georges Picquart, jefe del servicio de contraespionaje, comprobó, en marzo de 1896, que el verdadero traidor había sido el comandante Ferdinand Walsin Esterhazy. El Estado Mayor se negó, sin embargo, a reconsiderar su decisión y sacó a Picquart de Francia destinándolo al norte de África.
Con el fin de llamar la atención por la fragilidad de las pruebas contra Dreyfus, su familia logró entrevistarse en julio de 1897 con el presidente del Senado, Auguste Scheurer-Kestner. Tres meses después Scheurer-Kestner declaró que estaba convencido de que Dreyfus era inocente, y persuadió también de ello a Georges Clemenceau, por entonces un ex diputado y simple periodista. El mismo mes, Mathieu Dreyfus denunció a Esterházy ante el Ministerio de Guerra por el acto de traición que acarreó la condena de su hermano.
El 13 de enero de 1898, mientras el círculo de los partidarios de Dreyfus se ampliaba, sucedieron casi simultáneamente dos eventos de dimensión nacional: Esterházy, el verdadero traidor, fue absuelto y recibido con aclamaciones y aplausos por los sectores conservadores, monárquicos y nacionalistas; y el escritor Émile Zola publicó "J'Accuse", un alegato en favor de Dreyfus que llevó al cambio de opinión de muchos intelectuales.
Publicado en primera página de L'Aurore, el artículo de 4.500 palabras en seis columnas, en forma de carta abierta al Presidente Félix Faure. Vendiendo habitualmente treinta mil ejemplares, el periódico editó ese día trescientas mil copias. El artículo hizo el efecto de una bomba. El documento era un ataque directo, explícito y nominal.
Se denunció a todos los que conspiraron contra Dreyfus, incluido el Ministro de Guerra y el Estado Mayor. "J'Accuse" aportaba por primera vez la reunión de todos los datos existentes sobre el asunto. El objetivo de Zola fue exponerse voluntariamente con el fin de forzar a las autoridades a llevarlo a la justicia. Su juicio serviría como una oportunidad para un nuevo juicio público de los casos Dreyfus y Esterházy.
Se había iniciado un proceso de escisión en dos de Francia que se prolongaría hasta fines del siglo XIX. Disturbios antisemitas estallaron en más de veinte ciudades. Hubo varios muertos en Argel. La República se conmovió, algunos hasta la vieron en peligro, generando el convencimiento de que había que acabar con el Caso Dreyfus si se quería calmar la situación.
A pesar de las intrigas del ejército para evitar la revisión, en 1898 el Tribunal Supremo reabrió el caso y al año siguiente anuló la sentencia que condenó a Dreyfus, ordenando realizar un nuevo Consejo de Guerra, que se efectuó en Rennes ese mismo año. Contra todo pronóstico, Dreyfus fue condenado otra vez, ahora a diez años de trabajos forzados, aunque en este fallo el tribunal mencionó que existían «circunstancias atenuantes». Diez días después, agotado y con su salud quebrantada por cuatro largos años de prisión en condiciones inhumanas, Dreyfus aceptó el indulto que le concedió el presidente Émile Loubet.
En 1906 su inocencia fue reconocida oficialmente por la Corte de Casación a través de una sentencia que anuló el juicio de 1899, sin reenvío para realizar un nuevo juicio, y decidió la rehabilitación del Capitán Dreyfus, decisión inédita y única en la historia del derecho francés. Rehabilitado, el Capitán Dreyfus fue reintegrado al ejército con el rango de Comandante, participando luego en la Primera Guerra mundial. Falleció en París, en 1935.
Las consecuencias del Caso Dreyfus fueron de gran importancia, impactando en todos los aspectos de la vida pública francesa: política (desde el éxito de la Tercera República, en la que el caso adquirió el estatus de mito,4 hasta la renovación del nacionalismo), militar, religiosa (limitó la reforma del catolicismo francés y la integración republicana de los católicos), social (en su transcurso se creó la Liga Francesa para la defensa de los Derechos del Hombre y el Ciudadano), jurídica, los medios de comunicación, diplomática y cultural (el término "intelectual" fue acuñado durante el caso).
El Affaire Dreyfus también tuvo un considerable impacto internacional, como el haber definido las ideas del padre del sionismo, Theodor Herzl y haberlo impulsado a fundar la Organización Sionista Mundial en 1897, así como las manifestaciones antisemitas en el seno de las comunidades judías de la Europa Central y Occidental.
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