miércoles, 23 de julio de 2014

El conflicto palestino-israelí (6° Parte)

La situación actual


Por la escalada de la violencia, las aerolíneas cancelan sus vuelos a Israel. Compañías de EE.UU. y Europa suspenden operaciones tras la caída de un misil de Hamás cerca del aeropuerto deTel Aviv; siguen los combates en Gaza; más de 600 muertos.

Desde 2006, la situación es ambivalente: por un lado se ha completado el Plan de retirada unilateral israelí de la Franja de Gaza, lo cual, lejos de calmar la situación, ha agravado los ataques terroristas desde la Franja de Gaza con cohetes Qassam contra las poblaciones fronterizas israelíes como Sederot. Lo que provoca las sangrientas campañas de represalia del ejército israelí, funcionales para el mantenimiento en el poder de los halcones del Likud en el gobierno de Israel y de los fundamentalistas del Hamás en el de Palestina. Por otro lado, Israel mantiene el control fronterizo, lo que dificulta los viajes al exterior de los palestinos, y vigila de forma estricta el movimiento entre las ciudades palestinas (hay desplegados más de 90 puntos de control en las carreteras y más de 400 kilómetros del muro que encapsula Cisjordania). Los palestinos no residentes en Jerusalén no pueden ingresar en la ciudad. Al mismo tiempo, Israel no sólo mantiene, sino que amplía constantemente los asentamientos de colonos israelíes en Cisjordania, lo cual sigue siendo fuente de conflictos.




De la "retirada unilateral" a la operación "margen protector"

El Plan de retirada unilateral israelí o Plan de desconexión fue un plan propuesto a principios de 2004 por el entonces Primer Ministro de Israel Ariel Sharón, adoptado por el gobierno y aprobado mediante ley del Parlamento (Knéset), que fue llevado a cabo durante la segunda quincena de agosto de 2005. El plan propuso eliminar toda presencia permanente civil israelí de la Franja de Gaza, así como eliminar cuatro asentamientos de la parte norte de Cisjordania, administradas por Israel desde la Guerra de los Seis Días.

En septiembre del año siguiente, el soldado israelí Guilad Shalit fue secuestrado por las fuerzas armadas palestinas de Gaza, que sumado al incesante bobardeo del sur de Israel con misiles Al-Qassam desde el territorio palestino, provocaron la llamada Operación Lluvia de Verano: la mayor movilización de las Fuerzas de Defensa de Israel en la Franja de Gaza desde el Plan de retirada unilateral de Israel (septiembre de 2005). La ofensiva finalizó con un alto al fuego el 26 de noviembre de ese mismo año.

El operativo israelí movilizó a miles de soldados y comenzó con bombardeos sobre diversos objetivos en Gaza (puentes, una central eléctrica y oficinas de la Autoridad Palestina, entre otros). Desde la segunda semana de julio el ejército de Israel ocupó el centro de la Franja de Gaza, partiendo en dos ese territorio palestino. También hubo arrestos de oficiales, ministros y diputados de Hamás en Cisjordania.

La iniciativa israelí, concebida como una gran operación antiterrorista, pretendía neutralizar el lanzamiento de cohetes Qassam sobre poblaciones israelíes, destruir los túneles utilizados para el contrabando de armas y paso de terroristas en la frontera entre Gaza y Egipto, y rescatar al soldado cautivo Guilad Shalit, secuestrado por un comando palestino en territorio israelí durante un ataque el 25 de junio de 2006. Se estima que alrededor de 1300 cohetes fueron lanzados contra Israel desde el inicio de la segunda Intifada.

La destrucción por parte de los israelíes de la única central eléctrica de Gaza agravó los problemas humanitarios de la Franja, ya en una difícil situación desde la suspensión de las ayudas económicas al gobierno de Palestina de Estados Unidos y la Unión Europea tras la victoria de Hamás en las elecciones legislativas palestinas. Más de 700.000 palestinos se quedaron sin luz, agua y servicios básicos, así como sin alimento y atención medica durante el transcurso de la operación. Desde el secuestro de Gilad Shalit hasta finales de agosto de 2006 murieron 226 palestinos, 54 de ellos menores de edad, en la Franja de Gaza. De ellos, más de la mitad (concretamente 114, incluidos 46 menores de edad) no participaban en las hostilidades cuando fueron muertos. Hubo denuncias de que el ejército israelí utilizó civiles, incluidos menores, como escudos humanos durante un combate en Beit Hanun, al norte de la Franja, el día 17 de julio. Por otra parte, militares israelíes afirmaron que los militantes palestinos utilizaron ambulancias para atacarlos durante las batallas. En total, la Operación Lluvia de Verano dejó 405 palestinos muertos, 243 de los cuales eran civiles. Por otra parte, 5 soldados y seis civiles israelíes murieron, y alrededor de 40 israelíes resultaron heridos.

El Hamás se vio obligado a firmar un alto al fuego, que pronto recibió el apodo de "falso"; porque a poco de cesar las hostilidades, volvieron los bombardeos con misiles Al-Qassam al sur de Israel desde los territorios palestinos. Por lo que a fines de 2008 llegaría una nueva represalia israelí que llevaría el nombre Operación Plomo Fundido: una ofensiva militar desde el aire, tierra y mar, precedida por una campaña de bombardeo aéreo sobre la Franja de Gaza, que tuvo inicio el 27 de diciembre de 2008 y que finalizó el 18 de enero de 2009. Fue dirigida contra objetivos de la infraestructura de la organización Hamás, principalmente puertos, sedes ministeriales, cuarteles de policía, depósitos de armas y los túneles subterráneos que comunican la Franja de Gaza con Egipto. El conflicto fue descrito como la "Masacre de Gaza" en varios países y medios musulmanes.

Según el gobierno israelí, el objetivo de la ofensiva era destruir la "infraestructura terrorista" y la capacidad militar de Hamás, como respuesta al lanzamiento de cohetes y proyectiles de mortero, contra objetivos civiles israelíes por parte de milicianos palestinos desde la Franja de Gaza, dado que desde que acabó el alto el fuego que precedió al conflicto hasta el inicio de la ofensiva, más de 200 proyectiles impactaron en el sur de Israel. El ministro de defensa de Israel Ehud Barak declaró: "Hay un tiempo para la calma y un tiempo para la lucha, y ahora ha llegado el momento de luchar". En tanto que el primer ministro de Israel, Ehud Ólmert, advirtió de que "puede llevar tiempo, y todos y cada uno de nosotros debemos ser pacientes para que así podamos completar la misión".

Este conflicto provocó catorce bajas israelíes, de las que once eran soldados y tres civiles. Aproximadamente 1.400 palestinos murieron a consecuencia de los bombardeos y los combates urbanos; centenares de ellos eran civiles. Según el Centro Palestino para los Derechos Humanos, de los 1.434 palestinos fallecidos durante el conflicto 960 eran civiles, 288 de ellos menores de dieciocho años. La Franja de Gaza resultó seriamente dañada y miles de edificios fueron destruidos, la mayor parte de ellos residenciales. Tanto las Fuerzas de Defensa de Israel como Hamás fueron acusados de haber cometido crímenes de guerra durante el conflicto por distintos informes de Naciones Unidas, Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

Inmediatamente después del inicio de la ofensiva, los grupos armados palestinos en la Franja de Gaza respondieron intensificando el lanzamiento de cohetes hacia Israel, y sus líderes hicieron llamamientos a la Tercera Intifada contra Israel y a la reanudación de los atentados suicidas. El sur del territorio israelí se vio sometido a una situación de permanente alarma, y los cohetes alcanzaron en repetidas ocasiones las ciudades de Sderot, Ascalón, Asdod y Beerseba, provocando la muerte de un soldado y tres civiles israelíes, así como decenas de heridos de distinta consideración.

Tras la intensificación de la diplomacia en los días previos, el 17 de enero de 2009 el primer ministro israelí Ehud Ólmert anunció un "cese unilateral de las hostilidades en la Franja de Gaza", con una duración de 10 días. En este período, el ejército israelí siguió desplegado en la Franja, y según afirmó un alto mando del mismo, "si Hamás dispara contra las fuerzas israelíes, nos reservamos el derecho de responder". Tras la declaración de alto el fuego, varios cohetes cayeron sobre territorio israelí y hubo combates entre milicianos palestinos y militares israelíes en el interior de la Franja de Gaza, que provocaron la muerte de un ciudadano palestino.

El día siguiente, 18 de enero, fue Hamás junto con otras organizaciones palestinas quien anunció un "alto el fuego inmediato". Éste, con una duración de una semana, tenía como objetivo la retirada del ejército israelí del territorio gazatí, según portavoces del movimiento islamista. Según un portavoz del primer ministro israelí Ehud Ólmert, el ejército israelí no contemplaba un calendario de retirada mientras no cesase el lanzamiento de cohetes sobre su territorio. Finalmente y tras varios días de tensa calma, los portavoces de las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron el 21 de enero que el ejército hebreo había completado su retirada de la Franja de Gaza, retornándose al statu quo previo al conflicto y retomando Hamás el poder sobre la totalidad del territorio gazatí.

El 18 de agosto de 2011 fueron realizados una serie coordinada de atentados terroristas en el sur de Israel, cerca de la frontera con Egipto. Los terroristas palestinos pertenecientes a Comités de Resistencia Popular abrieron fuego contra dos autobuses, dos automóviles particulares y una patrulla militar. Al menos ocho israelíes fueron asesinados en el múltiple ataque terrorista.

Por su parte, los israelíes lanzaron la Operación Pilar Defensivo: una nueva operación militar llevada a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel en la Franja de Gaza, lanzada el 14 de noviembre de 2012 y concluida el 21 del mismo mes con el acuerdo de un alto al fuego. Durante esta operación, las milicias de la Franja de Gaza respondieron con lanzamiento de misiles y cohetes, lo que llevó al conflicto a un mutuo enfrentamiento que se prolongó por más de una semana.

Los objetivos de la operación según Israel fueron detener el lanzamiento de misiles desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí, los cuales habían visto un fuerte incremento en los días previos a la incursión militar, y limitar las capacidades de organizaciones militantes palestinas como Hamás. El gobierno de Hamás negó ser el agresor, e hizo valer su derecho a defender a sus ciudadanos contra el bloqueo de la Franja de Gaza y la ocupación de Cisjordania y de Jerusalén Este. Su ministro de Asuntos Exteriores declaró: "Si Gaza no es un lugar seguro, vuestras ciudades tampoco lo serán".

Tres días después del comienzo de las hostilidades, Israel había lanzado un total de 750 ataques aéreos, y los militantes palestinos habían lanzado un total de 650 misiles y cohetes hacia el sur de Israel. Las reacciones de la comunidad internacional fueron variadas.


Desde los primeros días de la ofensiva, bajo el impulso del presidente de Egipto, Mohamed Morsi, se sucedieron las reuniones diplomáticas de alto nivel en El Cairo para buscar una solución negociada al conflicto y detener la escalada de violencia. El 21 de noviembre de 2012, la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hilary Clinton, y el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Mohamed Kamel Amr, anunciaron un alto el fuego. Tras una primera fase de cese de los ataques militares, le seguiría una segunda en la que se negociarían las condiciones que darían paso a la tregua permanente.

El ataque israelí produjo daños por 300 millones de dólares en el territorio de la Franja de Gaza. El más destruido fue el sector agrícola (120 millones), principal fuente de recursos de la población gazatí, mientras que el comercial sufrió pérdidas por otros 40 millones. Mientras que las personas fallecidas en los enfrentamientos fueron más de 170 y los heridos cerca de 1.300.

Otra consecuencia del inusitado ataque israelí de 2012 fue la resolución 67/19 de la Asamblea General de las Naciones Unidas acordó la admisión de Palestina como Estado observador no miembro de la Organización. Sin perjuicio de los derechos ya adquiridos por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el estatus de Palestina en las Naciones Unidas pasó de ser entidad no miembro de la Organización a Estado no miembro, semejante a la situación de la Santa Sede. La resolución fue aprobada el 29 de noviembre de 2012 en la 67ª sesión de la Asamblea General, coincidiendo con el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. La resolución fue aprobada por una amplia mayoría de la Asamblea, aunque contó con el rechazo frontal del Estado de Israel, parte implicada en el conflicto árabe-israelí.

Pero la tensa paz armada no volvería a durar mucho, el 12 de junio pasado, cuando desaparecieron tres jóvenes colonos israelíes al salir de la yeshiva (escuela judía) cerca de Hebrón. El gobierno israelí acusó al Hamás y empezó una serie de arrestos masivos contra presuntos terroristas y autoridades palestinas. El 30 de junio aparecieron los cadáveres de los tres estudiantes. Un joven palestino fue apaleado y quemado vivo en represalia por civiles israelíes el 3 de julio.  Los palestinos, desde la Franja de Gaza, comenzaron con los ataques con cohetes, por lo que el gobierno israelí se vio obligado a ordenar el ataque Margen Protectormurieron 736 palestinos, en su mayoría civiles, según autoridades sanitarias palestinas. Israel ha perdido 32 soldados, todos desde el 17 de julio, cuando amplió su campaña aérea con una operación por tierra dirigida a acabar con el fuego de cohetes de Gaza y destruir una sofisticada red de túneles de Hamas.. 

 





© carlitosber.blogspot.com.ar, Julio 23 MMXIV
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