domingo, 25 de noviembre de 2012

Apuntes de la historia

A 116 años del inicio del Genocidio Selknam

Niños selknam; fotografía de 1898 (autor desconocido)
El 25 de noviembre de 1886, el capitán Ramón Lista desembarcó en la playa de San Sebastián con el fin de explorar la región. Ese mismo día se topa con una tribu ona. El capitán intenta tomarlos prisioneros, pero éstos se resisten. Lista ordena entonces a sus hombres abrir fuego y matan a 27 onas. Un sacerdote salesiano, José Fagnano, que acompañaba a la expedición, enfrenta a Lista y le recrimina por la matanza. Lista amenaza con hacerlo fusilar. Días después los hombres de Lista se ensañan con un joven ona al que encontraron escondido tras unas rocas, armado tan solo con su arco y su flecha: lo asesinan de 28 balazos. 



El genocidio selknam 

Se conoce como genocidio selknam (o genocidio ona) a una sucesión de matanzas sucedidas entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX en contra de los selknam u onas, pueblo amerindio de la isla Grande de Tierra del Fuego, cuya última representante pura, Ángela Loij, falleció en 1974, sobreviviendo actualmente descendientes mestizos de esta etnia.

Los últimos selk'nam en Puerto Harris (Isla Dawson), en 1896.
Hacia fines del siglo XIX la isla Grande de Tierra del Fuego concitó el interés de grandes compañías ganaderas. La introducción de las estancias ovejeras creó fuertes conflictos entre los nativos y los colonos europeos, argentinos y chilenos, conflicto que adquirió ribetes de guerra de exterminio. Las grandes compañías ovejeras llegaron a pagar una libra esterlina por cada selknam muerto, lo que era confirmado presentando manos u orejas. Las tribus del norte fueron las primeras afectadas, iniciándose una oleada migratoria al extremo sur de la isla para escapar a las masacres. 

En busca de alternativas a la matanza, en 1890 el Gobierno chileno cedió la isla Dawson, en el estrecho de Magallanes, a sacerdotes salesianos que establecieron allí una misión, dotada de amplios recursos económicos. Los selknam que sobrevivieron al genocidio fueron virtualmente deportados a la isla, la que en un plazo de 20 años cerró dejando un cementerio poblado de cruces.


La gestación de la gran propiedad ganadera fueguina y el genocidio

Los inicios de la explotación ganadera de Tierra del Fuego, fueron promovidos por el Estado chileno, por medio de arrendamientos de pública subasta o bien a petición expresa a las autoridades centrales. La primera concesión recayó en la firma Wehrhahn y Compañía en 1884, en bahía Gente Grande al sur de Porvenir, con un total de 123.000 hectáreas. Más tarde se entregaría la concesión más grande conocida por la historia ganadera en Magallanes, la cual recayó en José Nogueira, quien solicitó en 1890 el arrendamiento de más de un millón de hectáreas en Tierra del Fuego, lo cual fue aceptado por medio del decreto supremo Nº 2616 del 9 de junio de 1890 por un plazo renovable de 20 años. Esta enorme concesión, sumada a la ya otorgada a Nogueira y a su cuñado Mauricio Braun, por un total de 350 mil hectáreas, se convirtieron en la base de la futura Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego (1893), iniciada por los hermanos Braun luego de la muerte de Nogueira.

Mauricio Braun, miembro de la Sociedad Explotadora
de Tierra del Fuego
Hacia 1894 la ocupación de Tierra del Fuego, abarcaba prácticamente todos los terrenos ocupados históricamente por los selk'nam, sus antiguos paraderos de caza, de habitabilidad, de ceremonias y de tránsito, estaban condenados a desaparecer y a ser relegados al extremo meridional de la isla. Además, la llegada de los carneros precipitó la pérdida de su principal fuente alimenticia, los guanacos, que fueron presas de las armas de fuego por parte de las estancias. De esta manera los indígenas, captaron rápidamente la facilidad de acceder al guanaco blanco (las ovejas), y comenzaron a hacer suyos a estos animales. Este principal hecho, fue en consecuencia el primer punto de crisis, entre colonos e indígenas. La lucha no fue menor, entre quienes veían en el indígena como agresor de los derechos de propiedad, y el selk'nam que veía en el koliot (‘hombre blanco’, en idioma selk'nam) un intruso de sus ancestrales territorios.

De este modo, comienza el capítulo más triste de la historia de los selk'nam. La ocupación ganadera, comenzó a ser centro de la polémica en la colonia magallánica, las autoridades estaban absolutamente al tanto de la situación de los indígenas, sin embargo, el criterio fue condescendiente con la causa ganadera, y no con los selknam. Notoriamente la mentalidad de la época era una realidad que aunque dolorosa, no contemplaba la inclusión del mundo indígena a un paradigma fundamentado bajo los criterios del progreso y la civilización. Así, los empresarios ganaderos actuaron siempre bajo su propio criterio, financiando campañas de exterminio, para lo cual se contrataron a numerosos hombres, importándose considerables cantidades de armamentos, cuyo objetivo era hacer desaparecer bajo cualquier costo a los selknam. Un costo que en la mente de estancieros y hombres de negocios era lógico, pues eran, en buenas cuentas, el principal escollo para el éxito de sus inversiones. La veracidad de los acontecimientos fue ratificada por los propios empleados de estancia, quienes más tarde, al ser sometidos a un sumario, confirmaron que las expediciones en contra de los indígenas eran prácticas más usuales de lo que muchos pensaban.

Si bien, son conocidos los nombres de quienes actuaron en las excursiones de exterminio, poco se ha mencionado sobre los autores intelectuales de dichas acciones, específicamente hablamos de los propietarios ganaderos, quienes eran los jefes directos de los empleados que participaron en las incursiones. Estos nombres corresponden a Mauricio Braun, quien reconoció haber financiado algunas campañas, excusándose que éstas sólo tenían la intención de proteger sus inversiones. También el suegro de Mauricio Braun, José Menéndez, quien sin duda fue uno de los hombres que actuó con mayor severidad en contra de los indígenas en Tierra del Fuego (parte argentina). 

Las acciones emprendidas por los accionistas de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, actuaron siempre intentando ocultar los hechos a la opinión pública. Era el medio de evitar el cuestionamiento por parte de la sociedad de entonces y al mismo tiempo una estrategia para bajar el perfil a una larga polémica que fue conocida por el país entero. Especial atención cobraron estos acontecimientos luego de la intervención de los salesianos, quienes no dudaron en reprobar el actuar de los estancieros. Pero esta parte corresponde a otra larga historia, que está discutida con mayor profundidad en el trabajo de tesis de donde proviene este artículo.

De esta forma la situación de los selk'nam a partir de la década de los 90 del siglo XIX, se tornó particularmente aguda, por un lado, los territorios del norte comenzaron a ser ocupados masivamente por las estancias y muchos indígenas asediados por el hambre y la persecución de los blancos, comenzaron a huir hacia el extremo meridional de la isla, lugar habitado por grupos que tenían un fuerte sentimiento de pertenencia hacia ese territorio. En consecuencia, las luchas por el control del espacio, se hicieron cada vez más intensas y la resistencia se acrecentó en la medida que la ocupación ganadera se hacía efectiva en el norte de la isla. El escenario para los selk'nam se agudizará notoriamente una vez establecidas las misiones religiosas, donde las enfermedades fueron responsables en aniquilar al resto de la población que logró salir con vida de los enfrentamientos con los blancos.

Más tarde otros conflictos entre el gobernador Manuel Señoret y el jefe de las misiones salesianas José Fagnano, no hicieron más que agudizar la condición de los indígenas. Las largas disputas entre autoridades civiles y los sacerdotes, no permitieron concretar un consenso que lograra encontrar una solución satisfactoria al tema indígena. Según, los archivos consultados por esta tesis, el gobernador Señoret, estuvo siempre a favor de la causa ganadera, lo cual quedó en evidencia frente a su desinterés por fiscalizar los episodios que se desarrollaban en Tierra del Fuego. Sin duda, que siendo la máxima autoridad civil en la zona, no tuvo voluntad de evitar las matanzas que era de público conocimiento.


El inicio de las matanzas


La expedición del chileno Ramón Serrano Montaner en 1879,3 fue quien informó de la presencia de importantes yacimientos auríferos en las arenas de los principales ríos de Tierra del Fuego. Con este incentivo, cientos de aventureros extranjeros llegaron a la isla con la esperanza de encontrar en tan anheladas y lejanas tierras, el sustento inicial para producir auspiciosas fortunas. Sin embargo, estos sueños se verán diezmados por el rápido agotamiento del metal.


Julio Popper en una de sus incursiones. A sus pies yace un
ona  muerto. La foto corresponde a un álbum que Popper
obsequió al presidente argentino Juárez Celman.
Durante las expediciones mineras comenzaron los asesinatos múltiples de selknams. Uno de los líderes de estas expediciones fue el rumano Julio Popper, conocido por sus enfrentamientos con los selk'nam, a los cuales en más de una oportunidad persiguió, mató y robó sus pertenencias para formar su propia colección de objetos, los cuales exhibió en un álbum fotográfico, incluyendo en ella una secuencia completa de un ataque perpetrado por él y su contingente de mercenarios con armas de fuego, hacia tolderías indígenas en San Sebastián. 



Las mayores masacres

La matanza de San Sebastián (28 muertos):
  • Lugar: Playa de San Sebastián
  • Fecha: 25 de noviembre de 1886
  • Es la primera masacre documentada del Genocidio Selknam, y se conoce con detalle, cuándo, dónde y cómo ocurrió pues fue cometida por un oficial argentino, en una misión de exploración, donde debía registrar su accionar en un diario de bitácora.



El envenenamiento de Springhill (500 muertos):
  • Lugar: Playa de Springhill
  • Fecha: Imprecisa, primera década del siglo XX
  • Una tribu ona se abalanza sobre una ballena, varada en la playa. En tan sólo un día, gran parte de la tribu muere. La ballena había sido inoculada con veneno.


La masacre de Punta Alta (25 muertos):
  • Lugar: Punta Alta
  • Fecha: Imprecisa, primera década del siglo XX
  • Una tribu ona resistió durante casi un día el asedio de los estancieros y sus empleados, hasta que sucumbieron.


La masacre de la playa de Santo Domingo (300 muertos):
  • Lugar: Playa de Santo Domingo.
  • Fecha: Imprecisa, primera década del siglo XX.
  • Alejandro Maclennan invita a una tribu ona, a la que él había estado hostigando, a un banquete para sellar un acuerdo de paz. Durante el banquete, Maclennan sirve grandes cantidades de vino. Al comprobar que la mayoría de los indígenas se han embriagado, en especial los hombres, Maclennan se aleja del lugar y ordena a sus ayudantes, apostados en las colinas, abrir fuego contra toda la tribu.


El hallazgo del italiano (80 muertos):
  • Lugar: Impreciso
  • Fecha: Imprecisa, primera década del siglo XX
  • Un inmigrante italiano, que recorría la isla en busca de yacimientos de oro, descubre los cadáveres de unos 80 onas, todos con signos de haber sido baleados.

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