El juego del miedo
Lo que empezó como un exabrupto de programas de chimentos de la tarde, pareció adoptarse en el Ladricorporativismo como una estrategia: No habrá remedios contra el HIV, se acabarán los medicamentos en los hospitales, las jubilaciones y la obra pública, estará en riesgo la asignación universal por hijo, la nacionalización de YPF e incluso la supervivencia del satélite Arsat, se perderán los puestos laborales, derogarán el Matrimonio Igualitario, reprivatizarán los que se estatizó y privatizarán lo que aún no es privado, le pagarán tiki-taka a los fondos buitres con el hambre del pueblo, convertirán al país en una colonia de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional, volverá a ser todo como en el 2001, se devaluará la moneda, indultarán a los milicos genocidas condenados y dictarán las leyes de Obediencia Debida y Punto Final de vuelta para liberar a los que están procesados. Señores, el fin del mundo está cerca...
Este discurso vacío propio de un movimiento que cada vez se parece más a una cáscara vacía y rota, trata de esconder la pereza intelectual -cuando no hipocresía- de los aplaudidores -pagos, ad honorem y engañados- del progresismo de cartulina. Las cortinas de humo ya no alcanzan para cubrir el sol con la yema de un dedo. Y aparte entran en contradicción con ellas mismas. ¿Cómo seguir dándole a la perolata con el nacionalismo berreta cuando se quiere acordar por abajo de la mesa con los fondos buitres en los primeros meses del año que viene cuando se caiga la cláusula gatillo? ¿Cómo comerse la gilada de la adecuación de facto de la Cadena Nacional Ilegal del Desánimo cuando el propio organismo Aplicador le aprueba las aún más escandalosas "adecuaciones" a las corporaciones mediáticas oficialistas y oficiosos? ¿Quién puede ser tan alcornoque de hablar de "inclusión" cuando la calle está llena de pobres que duermen en cualquier recoveco, que hacen cola para comer sobras de los restoranes o andan como zoombies pasados de paco o alguna substancia; si vas a un sanatorio tenés que llevar tus propios medicamentos y hasta las curitas, y si el aumento nominal de jubilaciones y asignaciones va varios cuerpos detrás de una inflación que se sigue queriendo ocultar?
El Ladricorporativismo es una contradicción de pies a cabezas. que supo construir un relato berreta pero efectivo: "gil, como siempre te comiste la píldora de las corporaciones, nosotros no sólo te vamos a liberar de ese engaño, sino que te vamos a dar la píldora de la viveza: que sólo la podemos administrar nosotros". Porque la duda, no es una jactancia de mentes débiles e indecisas -los "tibios" que escupe dios- sino que es la grieta por donde puede caerse la estantería. Ante lo que queda el inoxidable discurso de "yo o el caos".
El militante Alex está, por lo que se ve, destinado a ocupar el lugar de creador de la doctrina del miedo. El amigo debe estar exultante al ver que la barbaridad que dijo sobre el coreógrafo que trabaja para la corporación del mal y está cerca de los candidatos opositores se convirtió en la matriz de las declaraciones de gobernadores Ladriporgresistas y de la mismísima Jefa en persona. Es cierto que La (agencia de colocaciones) Cámpora había empleado ese mecanismo cuando publicó copias de un Clarinete trucho que vaticinaba el pago a los buitres si perdía el oficialismo. Pero habrá que reconocerle al militante Alex que, a diferencia de los editores dirigidos por el hijo de La Jefa -haciendo militancia con fondos públicos, porque así es más fácil- logró encolumnar a varios de los principales dirigentes del Ladricorporativismo tras su discurso y, lo que resulta más llamativo, obligó a los precandidatos presidenciales de la oposición a responderle. Ayer, casi sin excepciones, salieron a mostrar en público la lista de las medidas que pretenden mantener en caso de que lleguen a la Casa Rosada.
Los versos de los programas de archivo que tanto gustan a los televidentes progres no pueden ocultar la doble contradicción de la líder espiritual de un movimiento que cada vez gira más en el vacío -cuando no en una nube de pedos-. Una señora millonaria que se vende con el discurso progre y de la inclusión, cuando no sólo es rica sino que en su condición de profesional y millonaria se comportó con los valores más contrarios posibles: desde actuar como "buitre" de los apretados por la Circular 1050 -que indexaba créditos e hipotecas según una inflación de cuatro dígitos- durante la Dictadura hasta comprar a precio vil tierras fiscales de la provincia que su propio marido gobernaba. O, más acá en el tiempo, invertir en dólares al mismo tiempo que se agita el nacionalismo y la soberanía, hasta ganar a costas de un empresario que se enriqueció de contrataciones directas cuando su marido era goberna -a pesar de que era un simple contador de banco- y le alquila las habitaciones que no usa de los hoteles en El Calafate -en una maniobra que un juez evaluó como "malos negocios" de una parte que aprovecha la otra, que es "exitosa"-.
Esa contradicción que significa abusar del término "soberanía" para todo. Sólo a un necio se le metería la idea de que pagar la deuda es un acto de soberanía. A ver muchachos, de qué pago soberano hablan cuando es para pagarle al Fondo y el Club de París que le prestaron al Riojano Más Famoso y a la Dictadura, o al Ciadi por las demandas de las privatizadas o a Repsol por vaciar YPF. Justamente pagar sin discutir una coma de lo dicen los acreedores es una de las mayores entregas de un Gobierno que se autoproclama "pagador serial" y "soberano" al mismo tiempo, y sin ponerse colorado. Los pibes dicen que están para "la liberación". Sí, la liberación de fondos para pagar la deuda que dicen que la "opo" estaría pagando si gobernara. Por eso será que la pagan ellos por las dudas. Así ni ese gusto pueden darse.
Del mismo modo La Jefa que advierte una y otra vez que son los candidatos opositores los que tratan de meter miedo para ajustar la economía, le adjudica la autoría a otros de lo que ella está haciendo ya en la economía. Por ejemplo, el ajuste que se ha impuesto desde la fuerte devaluación de enero. El recurso retórico se utiliza una y otra vez con una liviandad sorprendente.
Ojo, el planteo discursivo "yo o el caos" es tan viejo como la política. Suele ser usado por aquellos gobernantes que buscan conservar el poder, y La Jefa no es la excepción. Sólo que, puntualmente ahora, la táctica de meter miedo surge de los pronósticos de posibles derrotas para el oficialismo en provincias en las que se adelantarán las elecciones.
© carlitosber.blogspot.com.ar, Octubre 18 MMXIV
Permitidos su copia, plagio o reproducción sin citar la fuente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario