jueves, 11 de diciembre de 2014

Historia del Arte (19)

El mundo heleno
Tercera Parte: El arte micénico

La Máscara de Agamenón, descubierta en la acrópolis de Micenas en 1876 por Heinrich Schliemann, quien se la atribuyó al legendario rey griego. Sin embargo, estudios arqueológicos modernos sugieren que la máscara podría datar de entre 1550 y 1500 aC., tres siglos antes de la época del rey Agamenón.
Se agrupan bajo la designación de “Egeos” o pre-helénicos a los pueblos que durante la edad de bronce, aproximadamente entre los años 2600 a 1100 aC. vivieron a orillas del mar Egeo. Dos grandes civilizaciones se desarrollaron en esta época: la primera ubicada principalmente en la isla de Creta, llamada Cretense o “Minoica” en honor del legendario rey Minos y la segunda la “Micénica” por Micenas, la ciudad del también legendario Agamenón, rey de los aqueos y héroe de la guerra de Troya. Los aqueos penetran en la Grecia continental hacia el año 2000 aC., eran originarios de los Balcanes. 



Los micénicos o aqueos

Fueron el primer pueblo propiamente griego que se estableció en Grecia. Hablaban una forma de griego primitivo y sus gestas fueron contadas por Homero. Antes del año 1870 poco podía decirse del pueblo aqueo, sólo que existieron; que la “Ilíada” era producto de la imaginación de Homero y que nunca tuvo lugar la famosa guerra contra Troya dirigida por Agamenón. Pero, el alemán Heinrich Schliemann, un apasionado de la obra homérica, halló en Turquía las ruinas de la legendaria ciudad.

La civilización micénica está fechada entre los años 1400 y 1100 aC. (edad de bronce) y se extendió por todo el Peloponeso. Los aqueos heredaron el dominio marino de los cretenses, pero a diferencia de estos, los nuevos habitantes tenían un carácter pendenciero y belicoso. Este instinto guerrero los induce a fortalecer sus ciudadelas, con murallas de piedras colosales denominabas ciclópeas, dando a sus palacios la apariencia de una arquitectura megalítica, muy distinta al carácter alegre y abierto de los palacios minoicos.


En cuanto a su régimen político y de acuerdo a la Ilíada, los aqueos constituían una aristocracia militar en una Grecia dividida en pequeños territorios, posiblemente estaban unificados federalmente bajo el mando de un rey único, el de Micenas. No obstante, las ciudades micénicas siempre conservaron su autonomía y nunca dependieron del control político central.

Los aqueos conocieron un tipo de escritura primitiva llamada “Lineal B”, descifrada en el año 1952, esto permitió descubrir que hablaban una variante de griego arcaico. Desde entonces es plenamente legítimo establecer en Micenas el origen de la historia griega. En efecto, durante muchos años se creyó que los micénicos estaban tan estrechamente ligados con la civilización cretense y con el arte del Palacio de Cnosos que se suponía que debían tener el mismo origen étnico; pero gracias a los datos descifrados en las tablillas se comprobó que se trataba de un nuevo pueblo.

Utilizaron el carro de guerra, un vehículo ligero tirado por caballos; igualmente la se les atribuye la invención de de la espada larga y la armadura de láminas de metal y cascos de dientes de jabalíes. La vida micénica también esta marcada por una gran religiosidad, el futuro del panteón griego se empieza a dibujar en una edificación llamada “Megarón”, y los primeros dioses olímpicos Zeus, Hera, Poseidón… y hacían sacrificios humanos a sus dioses. Hacia 1200 aC. el poder de los aqueos comenzó a declinar y alrededor de 1100 aC. la invasión de los dorios acabó con la civilización Micénica.


Arquitectura

Son característicos de la arquitectura micénica la edificación de ciudadelas fortificadas y el Megarón. A diferencia de las ciudades minoicas que eran asentamientos completamente abiertos, con puertos cercanos para que sus barcos mercantes entraran y salieran constantemente; las ciudades micénicas eran recintos fortificados, ubicadas en una posición estratégica de fácil defensa. Los restos de Micenas, Tirinto y Pilos nos muestran la arquitectura militar propia de las ciudades micénicas, construidas en lo alto de las colinas y rodeadas de murallas de piedras puestas una sobre otras sin necesidad de argamasa.

La ciudad de Micenas, ubicada en la Argólida, centro de riqueza y poder de los aqueos y famosa por alojar a los guerreros más poderosos de la zona del mar Egeo.

Micenas, la principal ciudad de los aqueos, estaba situada a 90 Km de Atenas y según la mitología fue creada por Perseo, hijo de Zeus y Danae, quién con la ayuda de los Cíclopes, la protegieron con una muralla de enormes piedras irregulares (motivo por el cual se denomina muralla ciclópea).

Muralla ciclópea de Micenas.

La formidable muralla ciclópea de Micenas, de 13 metros de alto por 7 metros de espesor, rodea una superficie de aproximadamente 25.000 metros cuadrados. Los micénicos inauguraron una nueva técnica de construcción, utilizaron enormes piedras poligonales, de varias toneladas de peso y sin argamasa, las cuales desplazaban utilizando rodillos y cuadrillas de braceros. Esta ciudadela fortificada, situada en lo alto de una colina estaba reservada para el rey, su familia, los nobles y su guardia personal. Los aldeanos habitaban fuera del recinto amurallado, pero en caso de ataque se resguardaban dentro de los muros.

La entrada a la ciudad se hacía a través de la famosa “Puerta de los Leones”, que debe su nombre a los dos animales esculpidos en el tímpano triangular. Los leones descasan sobre un dintel de 20 toneladas y fueron tallados en un solo bloque de piedra caliza. El vano de 3 metros por 3 metros estaba protegido por una puerta de madera recubierta con un blindaje de bronce.

Puerta de los Leones.  Los leones desgraciadamente carecen de cabeza, deshecha posiblemente a martillazos por los conquistadores dóricos con la finalidad de acabar, de esta forma con el símbolo del poder micénico.

El “Palacio de Agamenón”, en el centro de la ciudadela se hayan las ruinas del palacio muy mal conservadas. El palacio estaba rodeado de un gran patio y la habitación principal era el Megarón, en la cual los soberanos recibían a sus invitados, se realizaban rituales, se oían a los aedos o poetas y se celebraban consejos de guerra.


Los aqueos igualmente realizaron una importante arquitectura funeraria, en efecto, los gobernantes, en busca de su inmortalización, dejan constancia de su rango social y de su poder en sus enterramientos, se disponen de espacios especiales para las tumbas y se adornan los cadáveres con máscaras, joyas y armas. En el interior de la ciudad rodeado por una muralla de losas verticales se encuentra el “Circulo de tumbas” un cementerio circular en el que se disponen varias tumbas del siglo XVI aC. donde se guardaban los tesoros y restos de los soberanos.


Circulo de tumbas

Igualmente, se encontraron otro tipo de tumbas llamadas “Tholos” o de colmena. Las más conocidas son el “Tesoro de Atreo”, y la tumba de Clitemnestra.

Tesoro de Atreo, entrada
La tumba de Agamenón o Tesoro de Atreo es una edificación circular a la cual se entra a través de un largo corredor (dromos) de 36 metros de largo por 6 de ancho y cuyas sus paredes laterales alcanzan los 14 metros. La puerta, flanqueada por dos columnas de mármol, esta formada por un dintel sobre el cual descansa un triángulo vacío que posiblemente contenía algún relieve como la puerta de los leones. Al final del corredor se encuentra un recinto circular o cámara de enterramiento con una bóveda de 14,5 metros de diámetro. Esta sala cónica esta construida como una gigantesca colmena, determinada por hileras concéntricas en saledizo una sobre las otras. 


Tesoro de Atreo, interior
En esta tumba se encontraron gran cantidad de joyas, armas y la famosa máscara funeraria que Schliemann erróneamente atribuyó al rey Agamenón. La riqueza de los hallazgos confirma el epíteto que Homero aplica siglos después a la ciudad “Micenas, la rica en oro”.

La estabilidad de la cámara se lograba por la tierra acumulada en el exterior de la bóveda. Los constructores iban disponiendo terraplenes a medida que se levantaba, de tal manera que la misma quedaba enterrada y sometida a una presión homogénea en toda su superficie exterior que le daba cohesión y resistencia. Tras el entierro, se rellenaba el dromos y la sepultura real desaparecía a los ojos de los hombres. El tholos quedaba completamente cubierto de tierra por lo que desde el exterior sólo se observaba un montículo con vegetación.

La importancia del tholos micénico es que es la arquitectura aboveda sin soporte intermedio más antigua del mundo y no es sino trece siglos después, cuando los romanos reinventan nuevamente las grandes cúpulas abovedadas.


El tesoro de Atreo, esquema de un tholos.
Aparte de Micenas, los aqueos construyeron otros asentamientos, que demuestran igualmente la maestría tecnológica de esos constructores como las ciudadelas de Pilos y Tirinto

Según Homero, el palacio de Pilos era el hogar del rey Néstor, esta situado en una suave colina, cerca del mar. Gracias a su mejor conservación, podemos interpretar más fácilmente sus espacios. Se accedía al palacio, antecedente del templo griego, mediante un pórtico abierto que daba a un patio interior, de allí se pasaba a una especie de vestíbulo o pronaos que comunicaba a través de un pórtico con dos columnas al salón de recepción o “megarón” en el cual se encontraba el trono del rey y se llevaban a cabo los banquetes rituales, se celebraban consejos de guerra y se escuchaban a los aedos cantar las historias de sus héroes y dioses. El megarón de Pilos mide 10 metros por 12 metros, cuatro columnas sostienen el techo, su suelo esta estucado y las paredes estaban recubiertas con frescos. Alrededor de este complejo central existen habitaciones privadas, un cuarto de baño con bañera y bodegas a las cuales se accede a través de pasillos.

Bañera policromada de Néstor

La ciudadela Tirinto servía de Puerto a Micenas e igualmente estaba protegida por una muralla de piedra llamada ciclópea. El salón del trono o Megarón se encontraba en el centro del palacio y se llegaba a través de tres patios y ocho puertas. En algunos lugares la muralla era tan gruesa que albergaba en su interior un pasillo, posiblemente para facilitar su defensa.

Mapa de Tirinto

La Escultura micénica 

Uno de los aspectos más importante del arte creto-micénico es la ausencia de escultura monumental, en la que egipcios y mesopotámicos se habían lucido. Se entiende por monumental a la escultura adaptada íntegramente al espacio arquitectónico y cuyo objetivo es servir de ornamento a la arquitectura, de la cual depende. No obstante lo afirmado, la Puerta de los Leones es una magnifica excepción.


La Puerta de los Leones (1250 aC.), uno se los monumentos más antiguos en territorio europeo, proclama heráldicamente el poder militar de los nobles micénicos. La entrada a la ciudad de Micenas se realizaba a través de esta famosa puerta. Sobre un dintel construido por un monolito de 20 toneladas se encuentran dos leones de vigorosa musculatura, las fieras están enfrentadas entre si, formando un triangulo perfecto. Fueron esculpidos simétricamente en piedra y sus patas delanteras descansan sobre un podio; el relieve esta perfectamente adaptado al espacio del triangulo y entre los animales se haya una columna. Como se indicó anteriormente, los animales carecen de cabeza posiblemente por el vandalismo de los conquistadores dóricos.

En efecto, tanto los minoicos como los micénicos, a excepción de la referida Puerta de los Leones, no produjeron estatuas de gran tamaño y se conformaron con la creación de pequeños objetos esculpidos en piedra y marfil o barro cocido, así como la elaboración de sellos con relieves en miniaturas.

Se han encontrado pequeñas estatuillas de terracota o marfil en los yacimientos de Micenas y Tirinto que representan figuras antropomórficas policromadas. Las figuras asumen diferentes posturas y podrían tener un significado religioso dado el sitio en los cuales fueron encontradas, tumbas y santuarios. Reciben el nombre de psi, fi o tau por el parecido con las letras griegas, estas figurillas o ídolos son esquematizadas, su cuerpo suele representarse con un simple cilindro, en el cual pueden destacar unos senos como único detalle, pero sus rostros son detallados con grandes ojos y nariz pronunciada.



Con esta misma característica de abstracción se han encontrado figuras de animales, especialmente el toro y carros de guerra tirados por caballos. 

La escultura de busto más conocida de la época micénica es la “Triada Divina”, representa a dos mujeres y un niño. Las mujeres tienen los pechos al descubierto y llevan joyas y ropa creto-micénica – la famosa falda de faralaos o volantes acampanados con corpiño ajustado-, representan a las diosas Demeter y Perséfone y al dios Lacco o Triptólemo, todos vinculados con la agricultura y fertilidad de los campos.



Otra famosa escultura es esta cabeza de grandes ojos almendrados y con una dura expresión en el rostro, procedente de Micenas, es uno de los pocos ejemplos escultóricos en piedra caliza policromada que conservamos de esta cultura.



Los Micénicos, al igual que los Minoicos sobresalieron en el trabajo de las miniaturas de los sellos grabados, los cuales utilizaban, entre otros fines como amuletos o como garantía de propiedad al ser estampados sobre los objetos. Se usaban colgados de un collar y se realizaban en madera, marfil y metales especialmente oro. Lo más destacable es el gusto por el detalle y el movimiento. Su tamaño era de aproximadamente 3 cm. Los motivos eran similares a los Minoicos y sobresalen los relativos a escenas bélicas o de cacería.


Las máscaras funerarias, emblemas del arte micénico fueron desconocidas en Creta. La más famosa es la Máscara de Agamenón, la cual debe su nombre al arqueólogo Heinrich Schliemann, quién erróneamente confundió el Tesoro de Atreo con la tumba de este legendario rey micénico. En efecto, estudios posteriores han comprobado que la referida máscara antecede en varios siglos a la existencia del rey aqueo. Esto no impidió que Schliemann al realizar su descubrimiento exclamara con orgullo “He visto la cara de Agamenón”.


Estas máscaras funerarias plasmaban los rasgos de los difuntos soberanos aqueos, motivo por el cual eran tan personales y diferentes entre sí. La Máscara de Agamenón tiene 32 cms. Y destaca en una fina lámina de oro los rasgos de un rey aqueo del siglo XVI aC.

Pintura

La pintura micénica acusa gran influencia de la minoica, utilizaron al igual que sus antecesores la técnica de estuco pintado al fresco con colores vistosos como el amarillo, rojo, azul o blanco y remarcadas las líneas con negro. En cuanto a los motivos, los aqueos continuaron con los mismos temas a los cuales añadieron escenas de guerra y caza, más acorde con su temperamento bélico, asimismo se acentúan los adornos y los peinados. También utilizaron motivos geométricos.

Los frescos descubiertos en los palacios de Pilos y Tirinto son la prueba de que los aqueos continuaron el gran arte pictórico de los hombres de Cnosos, aunque a diferencia de aquellos las escenas se delimitaban con marcos decorados con figuras geométricas y sus figuras eran más rígidas. Destacan los frescos de la cacería del jabalí del palacio de Tirinto, el fresco del megarón de Pilos y el friso con damas sobre un carro o la dama oferente del Palacio de Tirinto.

En el Palacio de la ciudad de Tirinto se encontró el fresco de "La dama oferente", una mujer de pechos abultados, sofisticado peinado y ataviada a la manera cretense, portando un pixis como ofrenda. La figura esta delimitada por una línea o banda con motivos geométricos. El fresco es de clara inspiración minoica, el mismo tema de La Parisina de Cnosos: una mujer en procesión, con el mismo perfil, la estrecha cintura y el vestido. Sin embargo esta imagen carece de la elegancia de su antecesora y resulta exagerada.



"Dama con collar", fresco del siglo XIII aC. encontrado en Micenas, representa una diosa, actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de Atenas.



Otro ejemplo de pintura al fresco es la de esta joven, mucho más esquematizada que las anteriores.


Los Guerreros de Pilos es uno de los ejemplos más destacados de la pintura mural micénica. Procede del palacio de Pilos y representa la lucha entre guerreros micénicos y unos bárbaros ataviados con pieles. Las figuras, muy estereotipadas, se resaltan sobre un fondo azul sin ningún orden espacial.


En otro fresco, hallado en Micenas, podemos apreciar representado un escudo en forma de 8 y una espada, armas propias de los aqueos y que evidencian su carácter guerrero.




Cerámica micénica

Se han encontrado gran cantidad de cerámica de la época micénica, de estilos muy variados: jarras, copas, jarrones, etc. De las muestras encontradas en diversas localidades se ha evidenciado que las piezas destinadas a la exportación eran en general más lujosas y de decoración más trabajada. Las piezas estaban decoradas con motivos mitológicos, bélicos o escenas de caza o animales, además es característica de la cerámica micénica la decoración con motivos geométricos, tales como meandros y espirales.


Se han encontrado igualmente vajillas de metal, principalmente de bronce en los yacimientos micénicos, así jarras de loza o de marfil.


Orfebrería

La orfebrería da idea de lujo y riqueza de los pueblos. Tanto los Minoicos como los Micénicos demostraron gran originalidad y calidad en el tallado de los metales, especialmente el oro con el cual realizaron espectaculares joyas. Las piezas encontradas en las tumbas aqueas tales como coronas, collares y brazaletes datan aproximadamente del año 1500 aC. y estaban decorabas muchas de ellas con motivos minoicos


Igualmente se han encontrado vasos y armas de bronce martillado y las famosas mascaras funerarias que plasmaban los rasgos fisiológicos del difunto, pero con una rudeza propia de una caricatura. Los artesanos solían realizar incrustaciones con metales preciosos como el oro y la plata para decorar las espadas y puñales con escenas de lucha o cacería.






© carlitosber.blogspot.com.ar, Diciembre 11 MMXIV
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FUENTES:
http://artecontacto.blogspot.com.ar/2010/05/arte-micenico-y-su-epoca.html

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