La devaluación de enero del ministro de Economía, el Militante “Juvenil” de Ojos Claros, y el presidente del BCRA, el sr. que tiene apellido parecido a una casa de electrodomésticos, ha generado una dinámica explosiva. El costo del endeudamiento del Estado y del conjunto de la economía se ha disparado a tasas de interés descomunales, que solamente rigen en países en quiebra. Asimismo, ha acentuado el tarifazo petrolero, para evitar el rápido hundimiento de la -digámoslo ya, de frente- reprivatizada YPF. La consecuencia inmediata de ello ha sido, por un lado, reforzar la tendencia a la crisis industrial y a las suspensiones y despidos, y desarrollar las condiciones de nuevas devaluaciones del peso, por el otro.
Las negociaciones para resolver los conflictos de deuda externa al estilo de lo ocurrido con Repsol, acentúan el hipotecamiento de la Argentina y la crisis de financiamiento de la economía nacional. La deuda externa de la Argentina se cotiza a tasas de interés usurarias y cada dólar que ingresa por exportaciones genera una deuda fiscal del orden del 30% anual. Los ‘gurúes’ financieros advierten que el gobierno ya ha decidido refinanciar los vencimientos de deuda externa de 2015. Para conseguir un rescate financiero internacional, el FMI exige -en representación del capital internacional- el tarifazo definitivo de los servicios, una mayor devaluación del peso y una liberación del comercio exterior. Esta es la agenda en torno a la cual se delimitan los candidatos patronales.
La ‘corrida’ cambiaria de enero -que claro está, en parte se la “provocaron” al Gobierno Nac&Pop, al final benefició a empresarios y financistas más o menos legales íntimamente relacionados al Ladricorporativismo- desató una crisis política que puso en el candelero una salida adelantada del gobierno o, más llanamente, un golpe de Estado. Esta posibilidad sigue en pie como consecuencia de la agudización de todas las contradicciones que movieron a la fuga de capitales de principios de año. Frases como “cuiden a La Jefa” o “queremos que el gobierno se vaya en diciembre de 2015″ sólo deben ser tomadas como expresión de la hipocresía tradicional de las conspiraciones políticas de los grupos de Poder concentrado, que ante la falta de una opción de gobierno en la “oposición” política tradicional o de un general ambicioso en el Ejército, se tuvieron que contentar con el ajuste -a medias por el momento- del Gobierno Nac&Pop que dice una cosa en sus discursos y hace todo lo contrario en los hechos.
Luego de la devaluación del 20% y la “zona liberada” para que los formadores de precios elevaran los precios casi un 40% en menos de un semestre deborándose los sueldos de los trabajadores y jubilados, que tuvieron que padecer un verano caliente con cortes programados de luz ante el derrumbe del sistema de corrupción de proporciones astronómicas en que se convirtieron los subsidios a las prestadoras de servicios públicos; vino justamente el tarifazo. Con la promesa de mejorar el servicio y de que a partir de ahora se van a hacer los controles que no se hicieron en la “década ganada” -claramente por las corporaciones-, el Gobierno Nac&Pop aumentó las tarifas de los colectivos, del gas y del agua corriente para los usuarios residenciales. El "Kicillofazo" produjo recesión que si bien, como estuvo festejando el Militante de Ojos Claros, repercutió en una desaceleración de la inflación, a provocado una ola de suspensiones y despidos que pone en una situación extremo sensible a la clase trabajadora.
Los que están en blanco vieron cómo el Gobierno que se hace llamar popular quiso ponerle un tope a las paritarias del 20% para los aumentos de este año que suponía una quita de casi el mismo porcentaje del salario real si descontamos la inflación del año pasado y principios del corriente. La resistencia de los trabajadores docentes de las provincias, en especial los bonaerenses, dio por traste la estrategia del ajuste por los salarios. Hoy los gremios están cerrando, en promedio, 10 puntos arriba de la barrera con que soñaban los cerebros del Gobierno que, si bien, no basta para detener la caída del salario real que se viene dando desde 2012, al menos le pone un límite a los que con el “relato” quieren seguir vendiendo gato por liebre a una clase trabajadora que empieza a despertarse.
La votación unánime que ha recibido el proyecto de ley de blanqueo laboral, tanto por parte de los partidos patronales como por la burocracia sindical, ilustra en forma clara la formación de un frente antiobrero, porque no se trata de otra cosa que el reemplazo de los trabajadores corrientes por contratados a los que no se les pagarán aportes previsionales. Implica, además, un subsidio a las patronales por parte de la Anses. Lo mismo ocurre con el impuesto al salario, que ningún partido tradicional quiere derogar. El planteo opositor de ajustar en forma automática el mínimo no imponible a la inflación parte de un mínimo muy bajo y mantiene la confiscación por parte del Estado de cualquier mejora sustancial en el ingreso de los trabajadores -sean asalariados, monotributistas o jubilados. Los trabajadores tributan más de la mitad del valor de los salarios, sumados los distintos impuestos. Ningún trabajador que se encuentre por debajo de los niveles gerenciales debe pagar impuestos sobre el salario; asimismo, deben derogarse los impuestos al consumo y poner toda la carga impositiva sobre la clase capitalista.
La bancarrota económica alimenta la crisis política. El lanzamiento anticipado de la campaña electoral es una manifestación de ello, porque favorece el desarrollo de una agitación política ininterrumpida y se prepara un eventual anticipo de las elecciones. Los candidatos del “sistema” los Ladricorporativistas que aununciaron una interna por la suceción de La Jefa -en la que Daniel, el GobernaTodo Positivo Siempre Para Adelante de la Provincia Inviable; El Renovador Sergio, mini goberna de Tigre; El Niño Cincuentón que sueña con ser presidente, alcalde del artificio de Ciudad Autónoma; y la Nueva Alianza (entre los soja-socialistas santafecinos y los radichetas) apoyan el rescate a Repsol, el arreglo con el Club de París y la vuelta del FMI.
Este hecho pone al desnudo la disolución del llamado progresismo. Algunos idealistas han bajado todas sus banderas para aliarse con los representantes de los monopolios petroleros y mineros. ¿Qué otra cosa son los radichetas que agentes de las petroleras y la Barrick Gold? ¿O los socialistas santafecinos que apoyan a los sojeros Cargill y Monsanto? En tanto a los que siguen el "relato" del gobierno que cacareó durante más de una década acerca de crear un monopolio estatal del comercio exterior, los recientes acuerdos entre las comercializadoras de China y las internacionales significan la completa consolidación del monopolio capitalista de las exportaciones agroindustriales de Argentina, mientras que la firma de nuevo convenios mineros con Chile, no son otra cosa que la profundización del modelo extractivo neocolonial de pillaje y despojo que nadie denuncia desde el oficialismo ni la oposición, ni de la prensa que apoya al -y es grapada por- el Gobierno ni de la que se le opone -y se hace la “independiente”, claro que no de las corporaciones-.
© carlitosber.blogspot.com.ar, Mayo 17 MMXIV
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