La presidenta Cristina Fernández inauguró ayer el primer pozo exploratorio de hidrocarburos no convencionales de YPF en la formación D-129 del Golfo de San Jorge, en la provincia de Chubut. De este modo, la petrolera controlada por el Estado amplía la frontera de este tipo de recursos más allá de la formación neuquina de Vaca Muerta. Lo que dijo, palabras más, palabras menos, es que la "nueva YPF renacionalizada" (pero no Estatal), junto con la trasnacional estaodunidense Chevron, donde trabajaba la buena de Condoleezza Rice, invertirá inicialmente mil millones de dólares para desarrollar cien pozos petrolíferos y gasíferos no convencionales, para obtener shale oil y shale gas, mediante el temible fracking, una nueva tecnología extractiva mucho más contaminante que la megaminería a cielo abierto.
Miguel Gallucio (CEO de YPF) confirmó en agosto del año pasado la existencia de dos grandes yacimientos de petróleo y gas no convencional en Chubut: La formación Aguada Bandera, con un potencial de 50 billones de pies cúbicos de gas natural; y la formación D-129, con unos 45 billones de pies cúbicos. Se estima que entre ambas formaciones las reservas potenciales equivaldrían a la mitad de las disponibles en Vaca Muerta. En D-129 es donde YPF comenzó a trabajar ayer.
La empresa informó que el pozo exploratorio demandará una inversión de 60 millones de pesos y es una instancia de estudio que permitirá aportar información sobre los 400 metros superiores de la formación, que a nivel de la cuenca es la que mejores características geoquímicas ha demostrado tener en diferentes estudios realizados por la compañía. El objetivo del pozo se encuentra a 3000 metros de profundidad.
Argentina se ubica tercera en el ranking de hidrocarburos no convencionales, detrás de China y Estados Unidos, y en el plan de negocios de la firma el desarrollo de esos recursos resulta una piedra angular para consolidar el crecimiento en materia de producción.
Lo que omite Gallucio es que la "piedra angular" de la "nueva YPF renacionalizada" (pero no estatal) es que la técnica de extracción de gas y petróleo no convencional denominada fracking lleva años aplicándose en varios países, sobre todo en Estados Unidos, donde se han constatado una serie de problemas asociados a este tipo de explotaciones. Entre los problemas que causa el fracking entorno de las explotaciones donde se emplea esta técnica podemos destacar:
- Contaminación de las aguas superficiales y subterráneas.
- Contaminación del aire.
- Afecciones a la salud humana.
- Alteraciones del paisaje y el terreno.
- Contaminación de suelos al cerrar los pozos.
- Riesgo sísmico.
Ilustrando al ecologista de cartulina
Lamentablemente, mientras los incómodos ambientalistas argentinos, que resisten heroicamente la represión en decenas de bastiones como Famatina y Andalgalá, acá en la gran ciudad algunos se creen los defensores del medioambiente porque tienen alguna remera o calcomanía de alguna agrupación ecologísta marketinera, y porque (re)postean por Twitter, Facebook o cualquier otra red social alguna campaña en defensa de los pandas de China o las ranas de los bosques de Costa Rica (ni siquieran hacen sus propios post).
El problema es que en nuestro país el neocolonialismo lo venden como desarrollo. Un gobierno pretendidamente nacionalista, popular y desarrollista vende nuestras riquezas y convierte a nuestro país en un Potosí del Tercer Milenio. Y los medios oficiales y opositores no sólo tapan la entrega con debates bizantinos sobre la politiquería vulgar de nuestro país, sino que también omiten el costo ambiental y social del estractivismo.
En este blog nos hemos ocupado hasta el cansancio en advertir sobre la megaminería a cielo abierto. Ahora advertimos sobre el nuevo riesgo: el fracking.
La fracturación hidráulica o fractura hidráulica (comúnmente conocida en inglés como hydraulic fracturing o fracking) es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo. El procedimiento consiste en la inyección a presión de algún material en el terreno, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, y favoreciendo así su salida hacia el exterior. Habitualmente el material inyectado es agua con arena y productos químicos, aunque ocasionalmente se pueden emplear espumas o gases.
Se estima que esta técnica está presente en aproximadamente en el 60% de los pozos de extracción actualmente en uso. Debido al aumento del precio de los combustibles fósiles, que ha hecho económicamente rentables estos métodos, se está popularizando su empleo en estos últimos años, especialmente en los EEUU.
Existe una gran controversia sobre el peligro medioambiental derivado de esta técnica, pues además de un enorme consumo de agua, es habitual que junto con la arena se incluyan multitud de compuestos químicos, cuya finalidad es favorecer la fisuración o incluso la disolución de la roca, y que podrían contaminar tanto el terreno como los acuíferos subterráneos.
Repercusiones en el medio ambiente
Las principales repercusiones posibles son la emisión a la atmósfera de contaminantes, la contaminación de aguas subterráneas debido a los flujos incontrolados de gas o fluidos causados por erupciones o derrames, la fuga de fluidos de fracturación y el vertido incontrolado de aguas residuales. Los fluidos de fracturación contienen sustancias peligrosas y su reflujo contiene además metales pesados y materiales radiactivos procedentes del depósito.
Las experiencias obtenidas en los Estados Unidos muestran que se producen numerosos accidentes que pueden dañar el medio ambiente y la salud humana. Entre un 1 y un 2 % de los permisos de perforación violan las obligaciones legales. Muchos de estos accidentes se deben a una manipulación incorrecta del equipo o a fugas de este. Por otra parte, cerca de los pozos de gas se ha registrado contaminación de aguas subterráneas con metano, que en casos extremos pueden provocar la explosión de edificios residenciales, así como con cloruro de potasio, que provoca la salinización del agua potable.
Otra repercusión inevitable de la extracción de gas de esquisto es un alto índice de ocupación de tierra debido a las plataformas de perforación, las zonas de aparcamiento y maniobra para camiones, equipos, instalaciones de procesamiento y transporte de gas, así como las carreteras de acceso.
En Ecuador, Chevron-Texaco ha sido condenada en segunda instancia por causar gravísimos daños ambientales en una región de dos millones de hectáreas. Entre otros cargos se comprobó que la corporación arrojó 64 mil millones de litros de agua tóxica utilizada en la extracción de crudo a esteros y ríos de la zona, afectando el territorio, los cultivos, los animales y la vida de diversos pueblos originarios. La causa judicial fue promovida por 30 mil ecuatorianos amazónicos, entre los que se cuentan indígenas y colonos organizados en la “Asamblea de Afectados por Texaco”.
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Fuentes: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-213847-2013-02-14.html; http://carlitosber.blogspot.com.ar/2013/01/ciencia-maldita.html; : http://bonasso-elmal.blogspot.com.ar/2012/12/el-discreto-encanto-de-rockefeller.html; http://frackingezaraba.org/que-es/; http://es.wikipedia.org/wiki/Fracturaci%C3%B3n_hidr%C3%A1ulica; http://banmichiganfracking.org/?page_id=511;
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