martes, 9 de octubre de 2012

Opinión

Entre caníbales

Realmente me da por las pelotas la actitud de mierda de los colegas, que no se solidarizan con los compañeros en función de a qué bando ideológico pertenece o en qué grupo de medios trabaja. Nos estamos canibalizando ostensible y peligrosamente. Ni qué decir de un gobierno nacional que prefiere creerles a los servicios de inteligencia de un gobierno extranjero acusados de agredir a un grupo de argentinos sin tener en cuenta lo que dicen nuestros connacionales y los testigos presenciales. Para colmo no faltaron los que, haciéndose los más informados, acusaron a los periodistas argentinos de provocar la situación al revelar alguna información que el gobierno extranjero hubiera preferido mantener en secreto en una perversa reedición del “por algo será”.


El periodista Jorge Lanata y un equipo periodístico de Canal 13 y TN, fueron retenidos ayer en el aeropuerto internacional de Caracas cuando se disponía a abordar el vuelo que lo traería, a él y a su equipo, de regreso a la Argentina. Cuando los primeros trascendidos, que comenzaron a divulgar sus colegas de TN, hablaban de la detención de Lanata, rápidamente desde las redes sociales muchos twitteros K comenzaron a desmentir el hecho, hasta fue corroborado por varios legisladores argentinos que presenciaron la detención porque compartían el mismo vuelo.

Lanata y su equipo acusaron a operativos de servicios de inteligencia venezolanos de interrogarlos durante una hora y media, de retenerles equipos de trabajo y personal, para después borrarles sus memorias.
Impedidos de desmentir la realidad, los twitteros K comenzaron a minimizar el hecho, como un trámite normal de migraciones exagerado por la cadena ilegal nacional del desánimo para desacreditar al chavismo, o empezaron a decir que Lanata se lo había buscado por el trabajo que había hecho en Venezuela.

Ofende a la inteligencia las declaraciones que dio el embajador argentino en Venezuela Carlos Cheppi en 678 cuando dijo que el gobierno venezolano le había desmentido la acusación de Lanata. ¿Acaso esperaba que se autoincriminaran? Para colmo declaró impunemente cómo su gestión en el momento había consistido en llamar a los periodistas argentinos luego de que unos legisladores opositores lo pusieran al tanto, y como no le respondían los llamados no  hizo más nada. Ni hablar de los cronistas del programa que en ningún momento se solidarizaron con su colega.

Indigna que el subsecretario general de la Presidencia,Gustavo López uno de los funcionarios del gobierno de la Alianza reciclados (como Nilda Garre, Juan Manuel Abal Medina y Sabatella) diga que le suena “fabricada” la noticia y que le “resulta extraño que con miles de periodistas, miles de medios, absolutamente en contra [del gobierno de Hugo Chávez], con intereses muy poderosos, como pueden ser algunos medios norteamericanos, la única persona que haya tenido un problema haya sido él", como insinuando que si algo les sucedió, es por algo que hicieron ellos.

Pero lo que más ofende es que el gobierno argentino y muchos argentinos prefieran hacer de voceros oficiales y oficiosos de un gobierno extranjero, y más todavía ver a algunos colegas que muestran hasta qué punto se hace más urgente cada periodista deba replantearse muchas cosas. Las diferencias ideológicas no puede derivar en una canibalización que está destruyendo no sólo todos los códigos, sino un acuerdo mínimo de convivencia y de debate con ideas, no con acusaciones y chicanas vacías de contenido.

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