lunes, 15 de junio de 2015

Historia de América Latina (21)

Las reformas borbónicas
Quinta Parte: El Virreinato del Río de la Plata
Capítulo 2: La Banda Oriental, el Paraguay, el Alto Perú 


El Virreinato del Río de la Plata incluyó en sus límites territorios que terminarían conformando no sólo la Argentina, sino los actuales Uruguay, Paraguay y Bolivia. El territorio oriental se vería beneficiado con las nueva conformación territorial y política que transformó al Río de la Plata de una zona periférica -casi un patio trasero lejanísimo- en cabeza organizativa y económica -y puerta de entrada económica- del nuevo Virreinato. Pronto Montevideo empezaría a rivalizar con la capital virreinal, a la que aventajaba con un mejor puerto -aguas más profundas, mayor cercanía al mar-, al tiempo que la provincia oriental fuera más más ambicionada por los portugueses del Brasil. Todo lo contrario del Paraguay, cuya historia se iría oscureciendo a medida de que la vieja madre de las ciudades litoraleña se transformaba en una zona de frontera atenazada entre el expansionismo portugués y los pueblos originarios indómitos del Chaco. No casualmente, a mediados del siglo XVIII, surgirá en esa región transformada en mediterránea la primera revolución criolla, antecedente de lo que sucedería 60 años después en toda hispanoamérica. El Alto Perú, la zona que rodeaba al Potosí, la joya de la Corona en Sudamérica, con el nuevo virreinato pasó de tener su capital en Lima a depender de los designios de Buenos Aires: por un lado, la nobleza limeña era una intermediaria muy pretenciosa y poderosa; por el otro, el nuevo virreinato debía tener una fuente de financiamiento que justificara esa nueva organización territorial y política.




La Banda oriental

La Banda Oriental por Alonso de Santa Cruz, en el siglo XVI.
A principios del siglo XVII los habitantes de Asunción del Paraguay hablaban de La Banda Oriental o Banda de los charrúas (esta última denominación era aplicada también a Entre Ríos) para significar los territorios que en esas latitudes daban a "La Mar del Nord" (nombre que se daba entonces al océano Atlántico). El área norte de la Banda Oriental era el territorio llamado con la palabra de origen guaraní Mbiaza, Mbiaça, Ybiazá o Ibiazá que, al parecer, por una remotísima parofonía fue "castellanizada" con el nombre de La Vera. Al norte de estos territorios se extendía el territorio de La Guayrá o La Pinería que se corresponde con el actual estado sudbrasileño de Paraná, territorio que se encontraba también bajo jurisdicción de Asunción del Paraguay.

A fines del siglo XVII La Vera o Ibazá se correspondía con las costas de Santa Catarina y del actual Estado de Paraná, mientras que al sur se hablaba directamente de la Banda Oriental (incluyendo la llamada Campaña del Río Grande de San Pedro –en la versión portuguesa, Região da Campanha do Rio Grande do Sul–. En 1618 la Banda Oriental quedó integrada en la Gobernación del Río de la Plata. En 1750 se creó la Gobernación de Montevideo con jurisdicción en los departamentos del sur del actual Uruguay. 

Los territorios del resto del actual Uruguay junto con parte del actual estado brasileño de Río Grande del Sur continuaron formando parte de la Intendencia de Buenos Aires. En 1777, por el Tratado de San Ildefonso esta región fue delimitada con Portugal e integrada más plenamente al Virreinato del Río de la Plata.


Límites al concluir la Guerra de los Siete Años

Al concluir la Guerra de los Siete Años, los límites con los territorios ocupados por los lusobrasileños fluctuaron casi constantemente. En líneas generales el límite de la Banda Oriental en esa época es al noroeste el río Piratiní hasta su desembocadura en el Atlántico y al norte la cuchilla de Santa Ana (no como aparece en la cartografía del s. XX e inicios de s.XXI, sino como la línea de altas cumbres que hacen parte del divortium aquarum entre la Cuenca del Plata y las cuencas directamente afluentes al océano Atlántico). De este modo, el Fuerte de Santa Tecla, pocos kilómetros al noroeste de la actual ciudad de Bagé (llamada por los españoles, argentinos y uruguayos en el s. XIX "Valles"), prácticamente en las nacientes del río Negro, era uno de los límites precisos de la Banda Oriental. Luego, al norte, ya integrada la Banda Oriental en el Virreinato del Río de la Plata, la línea fronteriza con las posesiones portuguesas del Brasil seguía por el mencionado divortium aquarum cuya cumbrera recibía el nombre de Sierra de los Tapes o Monte Grande (tal cual se grafica en el minucioso mapa realizado por Joseph Varela y Ulloa en 1777), de modo que la mitad occidental del actual estado de Río Grande del Sur era parte de la Banda Oriental o de la Provincia de las Misiones, siendo algunas de las fortificadas poblaciones fronterizas en dicha región: Batovy, Santa María, Cruz Alta y la Guardia de San Martín.


Límites durante el Virreinato del Río de la Plata

Dentro del Virreinato del Río de la Plata los límites septentrionales de la Banda Oriental también variaban según las circunstancias: en cierto momento el río Negro era el límite sur de la provincia militarizada de las Misiones, aunque en lo fáctico el gobierno de Montevideo –y de la Banda Oriental– se extendía hasta la vaguada o talweg del río Ibicuy y su curso alto, llamado río Santa María. Al norte de este límite se encontraban las Misiones Orientales, llamadas también Los Siete Pueblos, Las Once Estancias o El Tapé.

Las primeras poblaciones españolas de la Banda Oriental fueron efímeras:
- Fortín de San Lázaro (fundado el 7 de abril de 1527 - octubre de 1530, por Sebastián Gaboto)
- Puerto de San Salvador (fundado en mayo de 1527 - octubre de 1530, por Sebastián Gaboto)
- Ciudad de San Juan (fundada por el capitán Juan Romero de Pineda en 1552 - 1553)
- Ciudad Zaratina del San Salvador (fundada por Juan Ortiz de Zárate el 30 de mayo de 1574 y abandonada en diciembre de 1577)

Al momento de la Revolución de mayo de 1810, la Banda Oriental pertenecía a la Intendencia de Buenos Aires, subdividiéndose en tres sectores, sin considerar la región de Río Grande que había pasado a Portugal, al este del río Yaguarón, la laguna Merín y el arroyo Chuy, en donde se halla Río Grande que había sido fundada el 17 de febrero por José da Silva Paes como colonia militar llamada Fuerte de Jesús, María, José de Río Grande y desde mayo como colonia civil, poblado que permaneció bajo ocupación española entre el 12 de mayo de 1763 y 1º de abril de 1776 cuando la recuperaron los portugueses, lo mismo que un breve tiempo en 1767.


Sector dependiente del Gobierno de las Misiones Guaraníes

Al norte de la línea de los ríos Queguay y Negro fijada por el virrey Vértiz, el territorio estaba bajo la jurisdicción de la Gobernación de los Treinta Pueblos de las Misiones Guaraníes, existiendo las poblaciones de:
- Villa de Belén (fundada el 14 de marzo de 1801 por el capitán Jorge Pacheco)
- Paysandú (asentamiento misionero desde 1772, tuvo parroquia desde 1805) Como los ganados del territorio de las Misiones Orientales se confundían con los ubicados al sur del río Negro, se produjo un pleito sobre la jurisdicción de los terrenos situados entre los ríos Yí y Negro, resultando desfavorable a los misioneros, quienes con el objeto de afirmar su jurisdicción enviaron, a fines de 1772, al corregidor Gregorio Soto con 12 familias y al padre Policarpo Sandú, fundándose Paysandú.

En 1801 fuerzas portuguesas ocuparon los siete pueblos de las Misiones Orientales hasta el río Ibicuy y destruyeron Santa Tecla y Batoví.


Gobierno de Montevideo

El Gobierno Político y Militar de Montevideo comprendía el sector entre el arroyo Cufré, el cerro Pan de Azúcar, la Cuchilla Grande hasta el cerro Ojosmín y el Río de la Plata, existiendo allí las poblaciones de:
- Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo (asentamiento portugués entre 1723 y 1724, fundada el 20 de diciembre de 1726 por el español Bruno Mauricio de Zabala, tenía un cabildo presidido por el gobernador)
- Villa de San Juan Bautista, actual Santa Lucía (fundada el 19 de diciembre de 1782, tenía un cabildo)
- Villa de Nuestra Señora de Guadalupe, hoy Canelones (fundada en 1774 en el sitio denominado Talitas y trasladada el 24 de abril de 1783 a su ubicación actual, tenía un cabildo)
- Villa San José (fundada el 1 de junio de 1783, tenía un cabildo)
- Concepción de Pando (fundada el 5 de agosto de 1780)
- San Isidro Labrador de las Piedras (fundada no oficialmente el 8 de marzo de 1744 y como villa en 1800)
- San Fernando de la Florida Blanca, hoy Florida (fundada el 24 de abril de 1809 al trasladarla desde - El Pintado, que databa de 1800)
- Nuestra Señora de la Santísima Trinidad de los Porongos (fundada el 14 de abril de 1804), se hallaba fuera de la jurisdicción original de Montevideo.


Resto del territorio

Se hallaba bajo dependencia directa de Buenos Aires, en los aspectos políticos el gobierno era ejercido por los cabildos en las villas en donde los hubiera. Para la dependencia militar su gobierno se delegaba a los comandantes de:
- Comandancia de Colonia del Sacramento, fundada en 1680 por el portugués Manuel Lobo, fue tomada por los españoles en 1680, 1705, 1762 y 1777 y devuelta en 1683, 1716 y 1763. La plaza tenía un alcalde de hermandad y de su comandante dependían militarmente:
- Rosario del Colla (fundada el 24 de enero de 1775 como caserío de El Colla o Vigilancia, villa desde 1810), tenía un alcalde de hermandad.
- Real de San Carlos (se inició como campamento militar en 1680, llamado Campo del Bloqueo hasta 1762), tenía un alcalde de hermandad.
- Las Víboras, fundado en 1780, hoy casi inexistente.
- Las Vacas (ex estancia jesuítica), su población fue trasladada por José Gervasio Artigas en 1816 a Carmelo
- Santo Domingo Soriano (erigida como reducción de chanáes en la isla Vizcaíno el 4 de junio de 1624), trasladada a su actual emplazamiento en 1708, tenía un cabildo cuya jurisdicción estaba delimitada por el río Uruguay, río Negro, Arroyo Grande, Arroyo Maciel y río San Salvador. De la misma dependían políticamente:
- Nuestra Señora de Mercedes, más conocida como Capilla Nueva (fundada en 1788), tenía un alcalde de hermandad.
- Dolores de San Salvador (fundada el 22 de septiembre de 1801, al trasladarla desde San Juan o El - Espinillo, sitio que estuvo poblado entre 1780 y 1800), tenía un alcalde de hermandad.
Comandancia de Frontera en la Ciudad de San Fernando de Maldonado, (la villa fue fundada en 1755, fue ciudad desde 1786. Tenía un cabildo desde el 5 de septiembre de 1784,4 y desde 1792 un Ministro de Real Hacienda. La comandancia fue creada el 11 de octubre de 1763) de cuyo comandante militar dependían:
- Nuestra Señora de los Remedios de Rocha (fundada el 21 de noviembre de 1793 por Rafael Pérez del Puerto), tenía un alcalde de hermandad.
- Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Minas (fundada en 1783 por Rafael Pérez del Puerto)
- Villa de San Carlos (fundada por Ceballos en 1763 con familias portuguesas, desde 1771 dejó de depender en los asuntos políticos del comandante de Maldonado)
- Fortaleza de Santa Teresa (fundada por los portugueses en 1762, ocupada por Ceballos en 1763). Fue una comandancia separada desde 1763, antes de depender de Maldonado. Su jurisdicción estaba comprendida entre los arroyos Don Carlos y Cuy. El aledaño pueblo de Santa Teresa existió hasta su abandono en 1811.
- Fuerte de San Miguel (construido en 1734, abandonado y reconstruido por portugueses en 1737, fue tomado por Ceballos en 1763).
- Comandancia General de la Campaña (Cerro Largo), en la Villa de Nuestra Señora del Pilar del Cerro Largo, hoy Melo (fundada el 27 de junio de 1795 junto a la Guardia de San Nicolás de Bari o de Cerro Largo, existente desde 1791 y fundada por Cipriano de Melo y Meneses). Ocupada por Portugal en 1801 y recuperada por España ese mismo año). Esta comandancia fue separada de la de Maldonado a fines de 1795. Se hallaban bajo su dependencia las guardias de: San Luis del Piray, Aceguá, Arredondo (hoy Río Branco), San Antonio de la Barra, San José, Santa Rosa (las 3 últimas creadas en 1792 entre los ríos Priratiní y Yaguarón).
- Villa de San Gabriel de Batoví (fundada por Félix de Azara el 2 de noviembre de 1800 y destruida el 29 de junio de 1801)
- Fuerte de Santa Tecla (fundado en 1774, destruido el 29 de junio de 1801)
- San Rafael del Tacuarembó (guardia fundada en 1793 entre Batoví y Santa Tecla)


Curatos

Los primeros fueron los de Montevideo, San Fernando de Maldonado, San Carlos, Canelones, Colonia y Santo Domingo Soriano con la ayuda parroquia de Mercedes. En febrero de 1805 fueron creados los curatos de: Santísima Trinidad de los Porongos, San Benito de Paysandú, San Rafael del Cerro Largo, San José, Concepción de Minas, el Pintado, Carmen del Yí. En otros momentos fueron creados: San Isidro de las Piedras, Vívoras, Espinillo.



Asunción a finales del siglo XVIII  (Cartografía de Ramón De César)
El Paraguay

Paraguay fue descubierto por Alejo García y Sebastián Gaboto, a las órdenes de España en 1524, dándose inicio a una historia de colonialismo, hasta 1811, año en que se independizó de España.

Los primeros europeos se establecieron en la zona refugiados tras el fracaso de la primera fundación de la ciudad de Buenos Aires a principios del siglo XVI y fundando una casa fuerte que sería Asunción del Paraguay el 15 de agosto de 1537. La ciudad finalmente se convirtió en la cabecera de una provincia colonial española, llegando a conocerse como Madre de Ciudades ya que de ella partieron las corrientes pobladoras y repobladoras de diversas ciudades: Ontiveros, Ciudad Real del Guayrá y (la primera) Villa Rica del Espíritu Santo en la antigua provincia del Guayrá (actual estado brasileño de Paraná), Santiago de Jerez del Itatín (en el actual Mato Grosso del Sur), San Francisco de Mbiaza en las costas del océano Atlántico (actual estado brasileño de Santa Catarina), Santa Cruz de la Sierra en el Chaco Boreal, así como las importantes ciudades argentinas de Buenos Aires, Corrientes, Santa Fe y Concepción de Buena Esperanza, más conocida como Concepción del Bermejo.

Bajo el gobierno de Hernandarias, llegan al Paraguay los jesuitas para contribuir a la tarea de pacificación de los indígenas, dando así origen a las célebres reducciones Jesuíticas. Desde 1604 hasta 1767 los jesuitas realizan con los indígenas guaraníes de Paraguay un gobierno teocrático. Las reducciones jesuitas tenían autonomía respecto a los gobernadores de Asunción. Las misiones llegaron a cobijar a más de un cuarto de millón de indígenas donde se les enseñaba la religión católica, agricultura, artesanía y pequeña industria.


Las reducciones jesuíticas

Principales reducciones jesuíticas







Entre 1610 y 1768 esta orden fundó y mantuvo 32 pueblos misioneros en un vasto territorio del actual Paraguay y las regiones fronterizas de Brasil, Argentina y Uruguay. Se suele hablar de las reducciones jesuíticas, porque la idea principal era sacarlos de la selva y de conducirlos a los pueblos expresamente fundados para ellos. Así era más fácil cristianizar y civilizarlos.

Ellos se dedicaban a la agricultura con pretextos cristianos esclavizaban a los indios y los obligaban a trabajar la tierra, a esa esclavitud se le denomino encomienda. Los jesuitas en cambio les enseñaban ciertas prácticas de agricultura y artesanía. Les enseñaban a los indígenas la religión a leer y escribir, Ellos aportaron un gran conocimiento al indio guaraní.

Un elemento importante en la pedagogía y las prácticas misioneras de los jesuitas fue la música. Introdujeron sus propios instrumentos europeos de la época como chirimías, tambores y arpas. Pero también integraban instrumentos indígenas como las maracas, aquellas calabazas con las cuales los chamanes guaraníes marcaban el ritmo de sus danzas sagradas y que hasta hoy se usan en la música latina. 


El Paraguay sumido en el olvido


En 1776, el rey español Carlos III decidió la creación provisoria del Virreinato del Río de la Plata para asegurar un control más eficaz de sus dominios americanos. Hasta entonces, Buenos Aires y el interior dependían del Virreinato del Perú, que tenía su capital en Lima.

La enorme distancia que separaba al Río de la Plata de la cabecera virreinal había despertado la codicia de ingleses y portugueses, quienes lucraban con el contrabando hacia Buenos Aires y la zona del Litoral, perjudicando a las arcas. Se hizo definitivo en 1778 luego de cuatro años se creo el régimen de intendencias, hizo disminuir la importancia de los cabildos y a la vez mas efectiva la supervisión estatal.


Las "revoluciones comuneras"

Las Revoluciones de los Comuneros paraguayos, liderados por el panameño José de Antequera y el nacido en Asunción, Fernando Mompox son considerados como antecesores a los movimientos independentistas de América del Sur. El precedente principal fue el de la Guerra de las Comunidades de Castilla, con la insurreción de ciudades como Toledo, Ávila, Madrid, Segovia y Valladolid, entre otras, donde dirigentes como Padilla, Bravo y Maldonado hicieron frente al Emperador Carlos V en 1521, la Revolución de los Comuneros no surgió sino unos años después en América. En el siglo XVI se produjo la llamada Primera Revolución Comunera del Paraguay.

En 1537 Primer Adelantado del Río de la Plata, don Pedro de Mendoza, la corona dictó la Real Cédula del 1 de septiembre de 1535, que determinaba que, en caso de la muerte de Ayolas, quedaría a cargo un gobernador elegido por el voto de los habitantes. Ésta Real Cédula sería utilizada indefinidamente por Asunción, capital del Paraguay para elegir a sus gobernantes. Es así, que una vez arribado el Segundo Adelantado del Río de la Plata, don Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, y luego de un breve período de mandato, el mismo es depuesto, arrestado y enviado a España en una nave llamada "Comuneros", siendo reelegido Domingo Martinez de Irala por voto popular, siguiendo las reglas de la Real Cédula del 12 de septiembre de 1537.


Segunda Revolución Comunera 

A comienzos del siglo XVII el fraile Luis de Bolaños fundó 7 pueblos en los territorios comprendidos entre los ríos Paraguay y Uruguay. Bajo la dirección de los padres de la Compañía de Jesús y con un trabajo suave de los indios se alcanzó un bienestar social y económico en poco tiempo. Sin embargo la burguesía mercantil de Asunción estaba descontenta y hostigaba a la Compañía de Jesús por considerar que las reducciones ocupaban la mejor parte del suelo paraguayo y que impedían que explotaran a los indios usándolos como mano de obra barata.

Grabado de la lucha por la posesión de los indígenas, causa de grandes conflictos durante la época colonial en el Paraguay.

En 1717 estos encomenderos sintiéndose resentidos por la dureza del nuevo gobernador Diego de los Reyes Balmaceda iniciaron un pleito en su contra. Cuatro años más tarde la Audiencia de Charcas envió al juez de indios José de Antequera, quien procesó y destituyó a Reyes. Este pudo huir y trató de recuperar el cargo. Antequera se negó y con el apoyo de la aristocracia local iniciaron una lucha por la autonomía local, adoptaron el nombre de Comuneros y expulsaron a la Compañía de Jesús de Asunción.


Acusaciones contra Balmaceda

Las denuncias formuladas por los vecinos de Asunción contra el gobernador Reyes de Balmaceda eran:
  • Carecer de la “Dispensa de Naturaleza” para ejercer la gobernación, ya que la Ley prohibía nombrar a un vecino del lugar a gobernar.
  • Llevar una guerra innecesaria a las tolderías de los payaguá, causándoles gran mortandad.
  • Tener ocupados a 200 indígenas en el laboreo de la yerba mate más tiempo de lo debido, sin las compensaciones establecidas en la ley.
  • Establecer impuestos sin estar autorizado para ello.
  • Comerciar con extranjeros pese a la prohibición, y abusar de su influencia para adjudicarse beneficios en el tráfico fluvial.
  • Interceptar los caminos que conducían a Charcas y mantener prisioneros a respetables vecinos de la provincia.


Diego de los Reyes Balmaceda, (1690–1733)
Las acusaciones contra Reyes Balmaceda buscaban defender los intereses económicos de los propietarios de tierras y encomiendas, regidores del cabildo, comerciantes e ilustrados criollos de la provincia, contra la agobiante competencia jesuítica.

La guerra desatada contra los payaguá en sus tolderías era un escarmiento por los constantes ataques y pillajes que estos cometían en el tráfico fluvial, causando víctimas y pérdidas comerciales. A este pueblo se lo denominaba piratas del río Paraguay.

Probablemente lo que más molestó a los colonos fue la entrega de los prisioneros payaguá a los jesuitas, en vez de entregárselos a ellos para aumentar sus encomiendas. Pero como el gobernador no gozaba de la simpatía de los vecinos, aprovechó la ocasión para vengarse de algunos de ellos y así desató una más de las contiendas acaecidas en América en la primera mitad del siglo XVIII.


Primera etapa

En 1721, ante la desobediencia de Balmaceda a las órdenes de García Miranda, la Audiencia de Charcas envió a José de Antequera y Castro como «juez pesquisidor», para investigar las denuncias. Como resultado de la investigación, Antequera y Castro separó a Reyes de Balmaceda por ser acusado y culpable de la revolución comunera.

En 1724 Antequera organizó un ejército para enfrentar a las tropas enviadas contra él, a las que venció. Pero unos meses después, un ejército más poderoso, organizado en las misiones por el gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, lo obligó a huir a Córdoba ante la imposibilidad de ofrecer resistencia. Zabala entró en Asunción y nombró gobernador a Martín de Barúa.


Segunda etapa

Antequera permaneció un tiempo en Córdoba y luego se presentó ante la Audiencia de Charcas para pedir protección, pero fue hecho prisionero y enviado a Lima donde se inició un proceso por su actuación en el Paraguay.

Estando en la cárcel conoció al abogado Fernando de Mompox y Zayas, a quien convenció de sus ideales. Mompox escapó en 1730 y se dirigió al Paraguay donde se unió a los comuneros, al frente de los cuales luchó por imponer el “poder común”. Fue apresado en 1731 y enviado a Buenos Aires primero y luego a Lima, aunque desde Cuyo logró fugarse al Brasil.

Antequera y Juan de Mena fueron condenados a muerte y ejecutados en 1731. Cuando esta noticia fue conocida en Asunción, los comuneros se alzaron nuevamente y en un encuentro en Guayaibity (Pirayú) fue muerto Manuel Agustín de Ruiloba. Desde Buenos Aires tuvo que venir por segunda vez Bruno Mauricio de Zabala, quien venció a los Comuneros en Tavapy en 1735.


Bruno Mauricio de Zabala
(1682 - 1736)
Sanciones

Bruno Mauricio de Zabala dispuso medidas extremas contra la provincia, entre ellas:
- La condena a muerte por horca y descuartizamiento de varios comuneros y el destierro con la confiscación de sus bienes a otros rebeldes.
- La declaración de que la Real Provisión del 12 de septiembre de 1537 ya no estaba en vigencia y que su uso había sido ilícito, pues no se hallaba inserta en la Recopilación de 1680.
- La cesantía de los corregidores del Cabildo vinculados con los comuneros, ocupando los cargos vacantes con partidarios del Virrey.
- La prohibición absoluta de reunión o junta de personas en cualquier lugar de la provincia, bajo pena de ser declaradas conspiradoras y condenadas a la pena capital y pérdida de bienes.
- La obligación de todas las personas de cualquier sexo, calidad o estado, de acatar, respetar y reverenciar las órdenes reales, con advertencia de severos castigos.


Consecuencias

Los trágicos resultados de la Revolución comunera del siglo XVIII se proyectaron por muchos años. A las drásticas medidas dictadas por Bruno Mauricio de Zabala se sumó en 1739, el mandato de la Audiencia de Charcas de restaurar el Puerto Preciso de Santa Fe, con lo que las embarcaciones paraguayas eran obligadas a desembarcar a mitad de camino y los comerciantes eran agobiados con altos impuestos y obligados a transportar las mercaderías en carretas desde Santa Fe hasta Buenos Aires.

En octubre de 1777 Carlos III ordenó la creación del Virreinato del Río de la Plata, que comprendía los territorios de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Potosí, Santa Cruz de la Sierra, Charcas y Cuyo, con la finalidad de dividir el Virreinato del Perú y facilitar la gobernabilidad del Imperio.



El Alto Perú

El término Alto Perú es una denominación tardía para referirse a la Provincia de Charcas, ya en las postrimerías de la colonia, no fue utilizado sino recién hacia fines del siglo XVIII, hasta entonces no existe un solo documento o crónica oficial que use este nombre. Esto fue advertido ya en 1851 por José María Dalence, quien afirmaba que «La denominación Alto Perú aplicada exclusivamente a Bolivia, es nueva y muy impropia... Lo cierto es que ni en las leyes españolas, ni en sus historiadores, se da a lo que hoy es Bolivia otro nombre que el de Charcas». La denominación Alto Perú recién entró en uso al crearse el Virreinato del Río de la Plata (1776), utilizado principalmente por los «rioplatenses», sin dejar el uso del nombre oficial de Provincia de Charcas. «El término Alto Perú tuvo vigencia durante unos cincuenta años, desde que el territorio fue transferido a la jurisdicción del Virreinato del Río de la Plata hasta la fundación de la República» de Bolivia.

Alto Perú en colores rojos, divisiones administrativas durante el virreinato del Río de la Plata 1783

La primera denominación oficial impuesta por la corona española, a la región que durante el incanato fue conocida como Collasuyo, fue la de Nueva Toledo, gobernación adjudicada al conquistador Diego de Almagro, que junto con la de Nueva Castilla otorgada a Francisco Pizarro, recibían el nombre globalizador de Perú. Esta organizacón territorial tuvo, sin embargo, una vigencia corta quedando abolidas ambas gobernaciones mediante la Real Cédula que erigió el Virreinato del Perú en 1542 y del que la Audiencia y Cancillería Real de Charcas establecida en 1559 fue parte integrante hasta 1776. El historiador español Luis Suárez Fernández señala que el término Alto Perú no se populizaría sino hasta el último tercio del siglo XVIII en parte debido a que las provincias altas del Virreinato peruano le fueron desmembradas para ser incorporadas al del Río de la Plata. En adelante y hasta el final de la época colonial dicha región sería conocida popularmente como el Alto Perú, siendo que el gentilicio "altoperuano" aún es recogido por el diccionario de la Real Academia Española que lo define como "perteneciente o relativo al Alto Perú, territorio de la Audiencia de Charcas, hoy Bolivia". Alto Perú ha sido también un término frecuentemente utilizado por algunos historiadores para referirse a la etapa colonial de la historia boliviana.

Según el autor boliviano José María Dalence, la denominación Alto Perú corresponde a las sierras que se extienden desde Copiapó en Chile hasta Quito en Ecuador.


Provincia española de Charcas

Inicialmente la Provincia de Charcas se encontraba bajo la administración del Virreinato del Perú con sede en Lima, hasta 1776, fecha en que se creó el Virreinato del Río de la Plata con sede en Buenos Aires.

En 1561 se instaló en la ciudad de La Plata (actual Sucre) la Real Audiencia de Charcas, suprema autoridad judicial de la Provincia de Charcas. Atendiendo la necesidad de crear un nuevo centro administrativo regional desde donde se pudiera controlar con el debido cuidado y atención la zona de mayor producción de plata. La riqueza de Potosí, la instauración de la Audiencia de Charcas, el obispado de La Plata, después arzobispado de La Plata y la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca dieron consistencia a lo que sería conocido como Provincia de Charcas. La Provincia de Charcas quedó organizada bajo el régimen de intendencias en:
  • Intendencia de Cochabamba
  • Intendencia de Chuquisaca o también llamada Charcas
  • Intendencia de La Paz
  • Intendencia de Potosí
  • Intendencia de Puno, inicialmente, luego será reincorporada al virreinato peruano.


Los cuatro territorios eran gobernadas por gobernadores intendentes nombrados por el rey y los partidos por subdelegados elegidos por el virrey por el término de cinco años y a propuesta de los intendentes. Los gobiernos de Moxos y Chiquitos se hallaban sujetos a reglamentos especiales, con dependencia inmediata de la Real Audiencia de Charcas en materia de Real Hacienda. Existían también instancias municipales con Cabildos, Ayuntamientos o Consejos formados de alcaldes y regidores a cuyo cargo estaban la seguridad pública, el ornato, la comodidad y la moral.

En lo judicial, en las capitales de provincia eran jueces de primera instancia el teniente gobernador y dos alcaldes elegidos anualmente por los Cabildos y en los partidos los subdelegados. Los pleitos seguidos en las cuatro provincias podían ser llevados en apelación o súplica ante la Audiencia de Charcas: también podía apelarse ante ella de las resoluciones de los intendentes en puntos contenciosos de policía y gobierno. El presidente de la Real Audiencia, era la suprema autoridad en materias contenciosas. La Real Audiencia de Charcas se componía de cierto número de oidores nombrados por el rey y que duraban en su empleo según la voluntad del monarca, lo mismo que los intendentes gobernadores.

Los asuntos eclesiásticos seguían subordinados a la autoridad de los obispos, sometidos a su vez, en grado de apelación, a la del arzobispo de La Plata. Los de hacienda y guerra estaban bajo la inmediata inspección de los respectivos intendentes.

En el año 1809 con la Revolución de Chuquisaca, y la creación de la Junta Tuitiva los realistas altoperuanos pidieron auxilio al virrey del Perú, que respondió con el envío de una fuerza al mando de José Manuel de Goyeneche, en apoyo del virrey del Río de la Plata, con lo que se restableció el gobierno monárquico.




© carlitosber.blogspot.com.ar, Junio  15 MMXV
Permitidos su copia, plagio o reproducción sin citar la fuente
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FUENTES:
http://www.monografias.com/trabajos29/paraguay-colonial/paraguay-colonial.shtml
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_Paraguay
https://es.wikipedia.org/wiki/Segunda_revoluci%C3%B3n_comunera_del_Paraguay
https://es.wikipedia.org/wiki/Banda_Oriental
https://es.wikipedia.org/wiki/Alto_Per%C3%BA

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