sábado, 28 de diciembre de 2013

Semana 52

¿Qué hará el Ladricorporativismo sin guita?


Continúa la emergencia energética. El Gobierno Nac&Pop sigue echándole la culpa a las empresas, aunque ahora no tan efusivamente como la semana pasada. Al fin y al cabo es un argumento que a nadie le devuelve la luz, aparte se dieron cuenta de que hacerse cargo de la distribución de la electricidad significaría hacerse cargo totalmente de los cortes de luz y sus costos políticos. Mientras La Jefa sigue lejos de los reflectores -nunca va a dar malas noticias- el hipercativo jefe de Gabinete, El Coqui, pone su cara de granito todos los días, el ministro de (No)Planificación, (el otro) Don Julio, apreta todo lo que puede a las empresas de electricidad, y el secretario de Seguridad, el Rambito Pelado, trata de montar un mediático operativo de rescate. Como si fuera poco, sacan entre gallos una resolución por la que anuncian una quita de subsidios al transporte público en Capital y Gran Buenos Aires debido a  “las mejoras constatadas respecto del salario real de la población, acompañadas por una marcada caída de los índices de desocupación”. 


El gran ministro del Interior y Transportes, Don Chantazzo -un abonado de la sección y que se resiste a renunciar-, sin dar la cara aumentó el boleto un 66% -siempre que se use la tarjeta Sube, porque sin ella la suba es del 100%- y avisó 4 días antes -igual que hizo el año pasado-. El año pasado había hecho lo mismo, así que podemos hablar de un modus operandi. Al mismo tiempo trasciende que el Gobierno Nac&Pop va a tratar de que los salarios aumenten mucho menos: se habla de un tope a las paritarias de alrededor del 25% -que en el caso de los estatales sería del 10%- , menos de la mitad de lo que aumentó el transporte y casi 10% por debajo de la inflación real. Ejemplo de ello es cómo empezaron algunos gobernas del Interior a dar vuelta los tratados firmados con los polis provinciales -es cierto, bajo un infame chantaje que puso en jaque a la democracia-.

Que el 2014 va a ser un año caliente no quedan dudas; 2013, por lo pronto, termina burbujeante. El Gobierno Nac&Pop se llevó antes de fin de año la Ley de Emergencia Económica -la discrecionalidad para manejar la plata a través de los “superpoderes”- y el Impuesto al Cheque, y se los llevó por dos años -para no tener que negociar en el Congreso hasta el 2015 nada-; para tener la tranquilidad de saber a quién le dan y quién no, pero eso no significó que el país terminara el año tranquilo. 

Se terminó el relato, a pesar de que se fue el secretario de Comercio Interior Willy Polémico, se quedaron el “cepo” al dólar, la infame manipulación de la estadística oficial y los “controles” ficticios de inflación para negociar con las corporaciones intermediarias; con las consecuencias más nefastas de este cuadro: invisibilizar a miles de pobres e indigentes manejando cifras irrisorias de costo de vida -algunas provincias del norte tuvieron la desfachatez de publicar índices de pobreza casi nulos-, ocultar los problemas de desocupación y trabajo en negro -para los Ladricorporativistas hay casi pleno empleo-; sobrevaluar el poder adquisitivo de los salarios y de consumo -lo que ayuda a elevar los índices de crecimiento, para beneplácito de los especuladores que cobran el suculento Cupón PBI-; y tratar de ocultar una brutal devaluación que, en lo que va del segundo mandato de La Jefa, significó una desvalorización del 50% del valor del dólar oficial, imposible de adquirir casi por canales legales ya que la manía emicionista del BCRA podría devaluarlo mucho más si se libera la compra y el atesoramiento en divisas.

Tras una década supuestamene “ganada” el país están cambiado materia prima por materia prima, los dólares que generan las retenciones al campo se están gastando para comprar combustible que literalmente se quema casi en su totalidad para paliar la crisis energética. La crisis energética ha llegado al nodo poblacional que define una elección tras diez años en que en el Interior del país se viene padeciendo con cortes programados, falta de potencia o apagones causados por una infraestructura obsoleta, que sólo se renueva cuando no se la puede seguir emparchando. El Gobierno Nac&Pop mantuvo el sistema privatizado que estos mismos muchachos votaron cuando eran Riojanistas en los 90 y le dieron subsidios descontrolados; que si bien, en un principio podía ser una forma de que millones no quedaran excluidos hace 12 años antrás, con el tiempo se convirtió en una caja negra donde te doy 10, con 5 se paga el servicio y los otros 5, que supuestamente se usarían para invertir, una parte la empresa lo convierte en ganancia en los balances -para convertirla en dividendos para los accionistas- y la otra se pierde en coimas, lobbys y mantenimiento negro de la política. Pero no sólo eso, al repartirse en forma indiscriminada, los subsidios beneficiaron doblemente a los grupos capitalistas y a las clases dirigentes, al pagar tarifas de regalo y al pagar salarios que no tolerarían el pago de la tarifa plena de los servicios subsidiados. A a larga, esa situación se convertiría por esto mismo en una trampa mortal para el Ladricorporativismo.  

Las empresas chantajean con el verso de que con las tarifas de regalo que pagan los usuarios se pueden hacer inversiones. Falacia feroz porque han cobrado y están cobrando la tarifa plena, porque lo que no pagan los usuarios lo estuvo poniendo el estado -supuestamente- a través de los subsidios. Pero el capitalista siempre es así, se aprovecha de los esquemas corruptos y sin controles de un Estado gobernado por los mismos sujetos -con algunos cambios de maquillaje en lo discursivo- 20 de los últimos 22 años. Un Estado que en la última década "controló" y subsidió un esquema de servicios que no hizo más que descomponerse y ahora culpa a su "éxito" -que supuestamente crecimos tanto que no alcanza la energía- y cuando le da algo de vergüenza semejante desfachatez le echa la culpa a sus socios de las privatizadas o al incontrolable clima -dicen que tenemos un diciembre atípico, atípico señores es que nieve en diciembre, no que haga calor-. Mientras, el secretario de energía, un tipo implicado en el caso Skanka y que hace 10 años está atornillado a su escritorio, juega al golf en el country donde vive. 
  
El Ladricorporativismo ha tenido una época histórica como o se cansa de repetirnos con crecimiento a tasas chinas -de casi el 10% del PBI- durante siete años -seis consecutivos-, que se apoyó en la brutal devaluación de la salida de la convertibilidad; en el “viento de popa” de una situación de los términos de intercambio más favorables a la Argentina desde el final de la segunda Guerra Mundial; y, nobleza obliga, algunos aciertos -como apuntar al crecimiento a través del consumo interno y el trabajo argentino-. Desde 2008 empezaron algunos tropiezos que el Ladricorporativismo pudo adjudicar a los siniestro complots en su contra de una indeterminada “derecha”, un fantasma a la medida que supo fabricar mediáticamente. 

El Ladriprogresismo con plata ha distribuido, es cierto. No ha resuelto las inequidades y ha sido harto discrecional para repartir, pero aún así a tenido los planes sociales con mayor alcance -y de los cuales algunos deberían convertirse en política de Estado, como las facilidades para la universailización del derecho a jubilarse y la Asignación Universal por Hijo-. Pero el Ladricorporativismo está demostrando que puede ser muy peligroso sin plata. Eso se nota en cómo empezaron a construir un relato para explicar el fracaso del relato que construyeron echando la culpa en otros sectores, incluso a ex socios -como hicieron con la Cadena Ilegal Nacional del desánimo, o como hacen con las privatizadas cuando no les conviene más mantener los negociados que vienen compartiendo con ellos desde los 90-. 





© carlitosber.blogspot.com.ar, Diciembre 28 MMXIII
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