Oportunismo, improvisación y falta de comprensión de la realidad
El Ladriprogresismo desatendió demasiadas cosas en las horas en que la designación de Bergoglio como Papa los dejó en estado de pasmo. Tardaron en dejar de ver la realidad y detonaron las contradicciones de un movimiento donde algunos lanzaron por medios oficiosos y oficialistas, y a través de las redes sociales una furibunda campaña en contra de un Papa al que tildaron de inmediato de "colaborador de la dictadura, neoliberal y opositor"; y otros intentaron, primero tibiamente, festejar la designación del "Papa argentino y Peronista".
El Supersecretario Willie Polémico, quien posee, literalmente, el tacto de una piedra, fue el primero que, nobleza obliga, la vio venir y entendió la necesidad del giro político que terminó dando la La Jefa. Ese vuelco tuvo distintas motivaciones. Luego de su primera reacción de fastidio visceral, al enterarse de la sorpresiva designación de Bergoglio, los Ladriprogresistas debieron declinar sus humos porque comprendieron que sería inútil y perjudicial para ellos seguir litigando con un hombre que había ingresado en otra dimensión.
Rápidamente los Ladriprogresistas y su ejército de aplaudidores e incondicionales (pagos y ad honorem) fueron cruzando de vereda en un espectáculo que, en algunos casos, rozó con la ridiculez y desnudó la falta de escrúpulos y de disimulo de muchos. Desde los comunicagadores de los programas donde reparten los eslóganes, chicanas y consignas, para que el ejército de incondicionales (pagos y ad honorem) repitan en la semana como loritos; hasta algunos personajes que por sus luchas políticas (antes de ser cooptadas por el Estado) y convicciones (cuando aún no las vendían) siempre fueron anticlericalistas sinceros.
Hubo quienes como el Supersecretario Willie Polémico, tampoco necesitaron hacer ningún paso de comedia. Por ejemplo, en una extraña alineación de planetas, el Calabró al Revés de Lavallol y el Ex Motonauta "Todo Positivo, Siempre Para Adelante", no sólo festejaron la designación del papa Francisco, sino que no tuvieron vergüenza de demostrar sus lazos de amistad con él cuando aún era Bergoglio. Es más, el Calabró al Revés lo defendió en el programa de cabecera del ejército de aplaudidores e incondicionales (pagos y ad honorem), "6,7,(ro)8", ante la impávida mirada de los panelistas, que no sabían qué hacer.
La jefa estuvo, a decir verdad, entre los que no la vieron venir. Demoró en reaccionar, hasta que hizo circular por las redes sociales una carta protocolar de felicitación al papa, tratándolo como si fuera un rumano. Pero cuando advirtió que la opinión pública(da) reaccionó con algarabía intentó ser cálida durante un acto en Tecnópolis pero no le salió. Terminó por sugerirle al Papa cuáles deberían ser sus prioridades como pastor, como si no comprendiera bien la geopolítica mundial: el Papa juega en las Ligas Mayores y quien gobierne la Argentina no.
Los diputados Nac&Pop se negaron a hacer un paréntesis en el homenaje que rendían a al líder Bolivariano para ver y escuchar la primera aparición del papa argentino en la Plaza San Pedro, y La (agencia de colocaciones) Cámpora ordenó el retiro de su bloque de la Legislatura porteña cuando el PRO promovió un homenaje al Papa. Y el Piquetero Gordito Antisemita ex Riojanista ex Cabezonista advirtió que Francisco podría atentar contra la unidad sudamericana como Juan Pablo II, a su entender, lo hizo contra la Unión Soviética. Después se exacerbó y difundió por Twitter una foto trucha; pero bueno, ustedes saben como es Luisito.
Más efusivos en su condenación fue el "ala progre" del Ladriprogresismo que, como decíamos más arriba, por sus luchas políticas (antes de ser cooptadas por el Estado) y convicciones (cuando aún no las vendían) siempre fueron anticlericalistas sinceros. Recordaron la causa en la que se investiga la desaparición de dos monjes jesuitas durante la Dictadura, cuando el actual papa era el titular de la orden en nuestro país, en la que quedó implicado y hasta fue a declarar en calidad de testigo. Aunque, finalmente, no pudo ser acusado de nada, como hombre de la Iglesia Católica (y que tenía alguna cuota de poder) si no fue simpatizante y colaborador de los genocidas, como mínimo se lo puede acusar de no haber hecho nada por detenerlos o denunciarlos. Además fue parte de una Iglesia Católica cuyas autoridades principales no sólo fueron cómplices de la Dictadura genocida, sino que fueron partícipes e impulsores de la matanza (incluso contra miembros de su propia grey; los Monjes Palotinos, el Obispo Angelleli, varios curas y cientos de laicos católicos fueron asesinados, perseguidos y/o desaparecidos).
Y fue justamente el "ala progre" la que quedó en off side luego del reposicionamiento del Ladriprogresismo. La Jefa y los peronchos, como hicieron siempre, fueron a "acariciarle la rodilla" al Poder real y a acomodarse a lo que dicen las encuestas y sondeos de imagen pública(da). El Lenguafácil Jefe de Gabinete salió a decir que la pelea entre el Ladriprogresismo y el Papa cuando era Bergoglio es un invento de la Cadena Nacional Ilegal del Desánimo; "6.7,(ro)8 cambió de tema; y hasta el Piquetero Gordito Antisemita se acomodó. La Inimputable Hebe hasta le pidió disculpas y dijo haber desconocido su obra pastoral (como si Bergoglio hubiera trabajado en Rumania) y La (agencia de colocaciones) Cámpora celebraba en la villa 21 la entronización del papa argentino.
En un sincericidio el Filósofo de Cabecera de los intelectualosos (un poco) zurdos de "ala progre" (el Feinmann menos malo) a través del pasquín oficioso favorito de ellos llamó a este reposicionamiento: "la lucha por apropiarse de Francisco". Reduciendo al Papa a la calidad de cosa, como un talismán con poderes mágicos (especialmente sobre el humor social), el Ladriprogresismo debe tomar el "Efecto Francisco" y hacerlo operativo a sus intereses. Sobre todo antes de que lo tome la "opo", y quiera aprovecharlo a su favor.
Les habló con ese grado de descaro y maquiavelismo político a sus lectores, porque son el sector del Ladriprogresismo que más desubicado quedó. Como les pasó a los intelectuales de Carta (y Billetera) Abierta, que tratan de evitar el horror de acercarse a las sotanas por todos los medios. Hacía recordar el triste espectáculo de la Izquierda Nacional que pensó "entrar" en el Peronismo en los 70 porque era el partido de los sectores populares, para convertirlo en el partido de la revolución popular. En pocas palabras, querían explicarle qué era su movimiento social a Juan Domingo, quien los echó de la Plaza por su arrogante atrevimiento. Hoy, casi 40 años después, ¡le quieren explicar qué es el Ladriprogresismo a La Jefa!
Claro, Carta (y Billetera) abierta constituye la usina ideológica más dinámica y estricta (y rescatable) del Ladriprogresismo. Y no parecen destinados a resignar posiciones, tan fácilmente, como lo hizo el Piquetero Gordito Antisemita. Conjeturan, de verdad, que Francisco podría tener como misión detener el avance de los gobiernos progresistas y populistas de la región, como la que le endilgan a Juan Pablo II en relación de la URSS.
Resulta llamativo que hombres con un buen colchón de conocimiento puedan caer en tanta simplificación. El pacto de hegemonía compartida entre las dos superpotencias que emergió después de la Segunda Guerra Mundial se quebró cuando tanto la URSS y el bloque del Este, como EEUU y las naciones desarrolladas de Occidente comenzaron a dar muestras de resquebrajamiento interno, económico y social a fines de los 60, que en el caso de los primeros se hizo tan grave que principios de los 80, los segundos se vieron obligados a apurar su liquidación más por supervivencia que por convicción; a tal punto que la rápida desintegración del Bloque Comunista los sorprendió y los dejó sin ideas. El problema es que algunos de estos "intelectuales" confunden el anticlericalismo ideológico propio de las corrientes de pensamiento laicas (sobre todo del marxismo), con un anticatolicismo lato y chato, propio de los zurdos de cartulina, que abundan en el "ala progre" del Ladriprogresismo.
Pero volviendo al Tercer Milenio, las preocupaciones del Papa no pasan, lamentablemente, por Latinoamérica y, mucho menos, por la Argentina. Tratar de darle una lectura nacional a los gestos de Francisco es caer en una simplificación absurda y en un error de geopolítica propio de principiantes. Como decíamos más arriba, el Papa juega en las Ligas Mayores. Y tiene, por lo tanto, mayores problemas. Como por ejemplo, reacomodar al Vaticano en el escenario de la (¿post?) Guerra Universal Contra el Terrorismo que lanzó El Imperio en 2001, luego de la voladura de las Torres Gemelas. Cuál es el lugar de la Iglesia Católica ante el intento de Estados Unidos de reflotar la Frontera con Oriente y el espíritu de las Cruzadas medievales contra los irreductibles islámicos (que controlan las mayores reservas del recurso natural que le da combustible a la maquinaria capitalista). Por otro lado, tiene en Europa (donde sigue estando el Vaticano) una olla a presión social que es la crisis financiera que está resquebrajando el orden europeo de posguerra. La Zona Euro está llena de desocupados y excluidos, y un caldo de cultivo para el conflicto social, la xenofobia y los conflictos regionales. Más que a Cristina, como apuntan algunos despistados, los gestos de mesura, humildad y austeridad se dirigen a los españoles, a los italianos, a los griegos, a los chipriotas, a los portugueses...
Pero más acuciante aún para el Papa argentino es el frente interno de una Iglesia Católica que como fe se desmorona y que como institución está absolutamente anquilosada y putrefacta. La corrupción de la Curia (con escándalos financieros alrededor de la Banca Ambrosiana y relaciones con la mafia italiana) y, sobre todo, los escándalos de pedofilia (con el Vaticano actuando como encubridor en muchos casos) han desintegrado la credibilidad de la Iglesia Católica. Iglesia que no sólo necesita aggiornarse (no basta con poner pantallas de Led en las Iglesias, confesarse por chat o dar misa por videoconferencia), sino que necesita cambiar. No es casual la elección de un out-sider (un papa que viene del "fin del Mundo") y de un jesuita (la orden que llevó a la Iglesia del anquilosamiento medieval, en el que había caído en los tiempos de la Reforma, hasta el Iluminsimo) y que provenga de la región donde surgió la teología católica más dinámica de la segunda mitad del siglo XX. La Iglesia Católica con el papa Ratzinger perdió adherentes y, por lo tato, perdió Poder, y no puede admitir más caída a riesgo de provocar un nuevo cisma o de, aún peor, desintegrarse.
No le podemos pedir al nuevo Papa ridiculeces mayúsculas como que admita el aborto y las relaciones homosexuales porque eso lo prohíbe taxativamente la Biblia (y por lo tanto, también lo prohíben todos los cultos cristianos no católicos), del mismo modo que el Corán islámico y la Torah hebrea; y casi todas las religiones del Mundo. El Papa puede llegar a flexibilizar, como mucho, cuestiones del dogma como el celibato de los monjes, la ordenación de mujeres sacerdotizas y la posibilidad de divorciarse; todo lo cual ya sería una auténtica revolución, que no pondría a salvo a la Iglesia del riesgo de quebrarse.
Por lo que, realmente creemos, que más que con las cuestiones dogmáticas, la elección del nuevo Papa tiene que ver con lo administrativo y lo referente a las relaciones públicas. Dos tareas en las que Francisco ha demostrado ser un experto cuando aún era Bergoglio, con una probada gestión austera y ordenada en el obispado de Buenos Aires, y una imagen pública excelente que ha sabido manejar desde siempre. Sus gestos de genuina humildad han maravillado a católicos, no católicos y laicos, y su intachable conducta le dio aire fresco a una institución demasiado manchada. Su imagen dialoguista, tolerante y austera le están proveyendo de un poder simbólico que va a necesitar cuando empiece su trabajo como conductor del Vaticano y ponga a prueba su Poder real. No es sólo cuestión de fe y voluntarismo, es más una ardua pelea política la que se avecina en el centro de la Iglesia Católica, donde Francisco nos mostrará de qué madera está hecho realmente.
© carlitosber.blogspot.com.ar
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