Los enredos de alcoba de los poderosos
(Cuarta Parte)
Infarto en la intimidad: El teólogo y cardenal Jean Daniélou (1905-1974) murió de un infarto mientras intimaba con una prostituta en el departamento de ella. |
Cuarta entrega con algunas de las anécdotas más picantes de todas las épocas y lugares en las que están implicados emperadores, reyes, generales, consejeros, ministros y toda clase de poderoso.
El Papa enmascarado: Lucrecia Borgia (1480-1519), considerada como una de las mujeres más audaces del Renacimiento italiano, cometió incesto con su propio padre, el Papa Alejandro VI, antes Rodrigo Borgia (1431-1503). Durante una fiesta de disfraces, Lucrecia, ataviada sólo con una enorme máscara de plumas y pedrería y un collar perteneciente a la amante de su padre, llamó la atención de un galán enmascarado. Consumado el acto sexual ambos se quitaron las máscaras, y aunque se sorprendieron al descubrirse, no les importó seguir adelante.
Monumental estatua dedicada a Gengis Kan en Zonjin Boldog, cerca de Ulan Bator. |
Una duda razonable: El temible azote mongol Gengis Kan, nombre por el que es conocido Timuyin (1167-1227), jamás pudo saber si su hijo Ogodei que tuvo con su princesa-esposa Burte, era realmente suyo o de un rival que había secuestrado por unos días.
Cubierto con plumas: En la Francia del siglo XVI, el tenedor era considerado un utensilio afeminado. Esto se debe a que este cubierto empezó a ser utilizado por Enrique III, que era homosexual.
Luisa María de Orleans |
Colorín colorado: Cansada de las infidelidades de su esposo Leopoldo I de Bélgica (1790-1865), Luisa María de Orleans (1812-1850) tuvo por amante a Geza Matacic. Al enterarse, el rey se divorció inmediatamente de ella, la declaró loca y la mandó hacer encerrar. Geza, que fue un amante fiel, logró rescatarla cuatro años después de la separación.
Modesto incesto: Piotr Ilich Tchaikovski (1840-1893), uno de los músicos más destacados del siglo XIX, era un guapo homosexual que tuvo una relación incestuosa con su propio hermano, Modesto.
Hechizo real: Para ocultar su infertilidad, el rey de España Carlos II (1661-1700) anunció públicamente que su esposa María Luisa de Orleans (1662-1689) no podía tener hijos porque estaba embrujada. Pero, en verdad, se cree que los sucesivos matrimonios consanguíneos de la familia real produjeron la esterilidad de Carlos, y la Guerra de Sucesión Española.
Un pesado hasta la muerte: Después de dos años de matrimonio estéril, Lotario II (835-869), rey de Loratingia, decidió separarse de su esposa Tetberga, para unirse a su concubina Waldrada, quien había dado a luz un hijo suyo. Como Tetberga decidió no concederle el divorcio, Lotario la acusó de incesto con su propio hermano, pero ella demostró su inocencia con ordalías, las pruebas a las que se somete el acusado para demostrar mediante rituales su inocencia o su culpabilidad. Entonces, el rey puso en marcha su Plan B, que consistía en encarcelar a Tatberga hasta que declarase que quería ingresar voluntariamente en un convento. Pero los obispos no estaban a favor de la disolución del matrimonio. Lotario activó el Plan C: mediante torturas y todo tipo de coacción logro que la reina se autoinculpara ante la Asamblea Lotaringia no sólo el haber cometido incesto, sino también que éste fue una relación inter femora (con penetración) que culminó en un embarazo y posterior aborto. Tetberga fue condenada a penitencia pública, pero la solicitud de divorcio fue pospuesta para ser consultada por los expertos en Derecho Canónico. Mientras tanto, Tetberga apeló al Papa Nicolás, que accedió a enviar dos delegados para que intervinieran. Pero el rey sobornó a los nuncios, consiguió anular el matrimonio y coronar a su amada concubina. Furioso con el resultado de la gestión de sus emisarios, el pontífice convocó a un sínodo en Letrán y logró que se anulara el divorcio. En 865, la ex reina regresó junto a Lotario, quien un año después volvió a presionarla para lograr la disolución sobre la base, ésta vez, de que ella era estéril y que quería entrar en un monasterio. El Papa advirtió al rey que, aunque Tatberga tomara los hábitos, él no podría casarse con otra mujer. El conflicto terminó con la muerte de Lotario cuando volvía a su casa de Roma, donde en 869 había obtenido la absolución del nuevo Papa Adriano II.
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FUENTES: COPERIAS, Enrique. El sexo en la historia. Buenos Aires. Editorial García Ferré. 2005.; http://es.wikipedia.org/
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