(Segunda Parte)
Luego del proceso de unificación del Alto y Bajo Egipto, comienza el Periodo Dinástico (c. 3.000 a 30 aC). Pero ya en su primeras etapas (La época Tinita, I y II dinastías; y el Imperio Antiguo, III a VI dinastías; c. 3.000 al 2.263 aC) asombra la perfección, delicadeza y monumentalidad del arte egipcio, con un estilo característico que surge en esta misma época y permanece casi inalterado en tres milenios de cultura.
Egipto y los egipcios
"Egipto ha ejercido una especial sugestión en el hombre occidental de todos los tiempos, incluso mucho antes de que Heródoto recorriera asombrado, en el siglo V aC, las riberas del Nilo. El núcleo medular de su concepción religiosa era la firme creencia en la vida en el más allá, la transmutación de la existencia terrenal en otra eterna. Y la eternidad era concebible, invariablemente y con fecha fija, se producían todos los años dos milagros infalibles: la crecida del Nilo y la inundación de las tierras.
En el plano político y social se percibe una rígida estructura unificadora y centralista, inspirada en el concepto del Estado omnipotente, regido por un rey-dios o rey hijo de dios, siempre en litigio con el poder espiritual y fáctico del clero de los grandes santuarios (Heliópolis y Karnak), y constantemente amenazado por la vocación separatista de los nomos que integraban el país, especialmente entre los del Bajo Egipto. Tan peculiares concepciones políticas y religiosas se tradujeron, como no podía ser de otra manera, en expresiones literarias y artísticas sorprendentes e irrepetibles.
El arte egipcio presenta, bajo su aparente inmutabilidad, cambios notables en función de su evolución estética y cronológica. Sin embargo los rasgos esenciales que le informaron se mantuvieron casi invariables durante milenios, prácticamente hasta la época helenística. Alcanzó sus momentos de apogeo en los periodos en que Egipto gozó de paz y de bienestar interior como consecuencia de la fortaleza del poder faraónico."
GONZÁLEZ SERRANO, Pilar, "Prehistoria". En JUNQUERA, José (dir.) y MORALES Y MARÍN, José (coord.). Historia universal de la pintura. Espasa Calpe. 2001. Madrid. p. 17.
"Ocas de Meidium", Yeso pintado, 230x36 cm, mastaba de Atet, esposa de Nefermaat, Meidium IV Dinastía (c. 2630 aC - 2500 aC) |
La pintura egipcia
La pintura del Antiguo Egipto fue eminentemente simbólica, funeraria y religiosa. La técnica pictórica de los egipcios fue un precedente de la pintura al fresco o témpera, ya que hacían de los pigmentos naturales, extraídos de tierras de diferentes colores, una pasta de color, que mezclaban con clara de huevo y disolvían con agua para poder aplicarlo sobre los muros, revestidos con una capa de tendido "seco" de yeso.
Sus procedimientos fueron el fresco, el temple, el encausto y a veces también el esmalte en joyas, amuletos, escarabeos, estatuillas de respondientes y azulejos de revestimiento en muros interiores. Sus colores fueron vivos y variados en cada escena y las más antiguas pinturas parietales decorativas que se conocen fueron polícromas, y de colorido uniforme. Los tintes base se obtenían: el negro, del carbón, el blanco, de la cal o de yeso, el amarillo y rojo-ladrillo, del ocre natural del desierto, el verde, de la malaquita y el azul, del lapislázuli.
Los egipcios pintaban los bajorrelieves los cuales, por su escasa profundidad, propician la identificación con la escultura y el arte pictórico. A partir de la dinastía IV la pintura sobre los muros de las tumbas es sustituida por bajorrelieves, adoptando sus principales convenciones.
Características generales
La pintura, como todo el arte del Antiguo Egipto estaba sometida a unos cánones o reglas muy estrictas, entre las que destacan:
- Perfil: en pinturas y bajorrelieves, las figuras se representaban con el rostro, brazos y piernas de perfil, mientras que el tronco y el ojo estaban dispuestos de frente.
- Jerarquía: la representación estaba reservada a las figuras de dioses y faraones en las primeras épocas, posteriormente, también a personajes notables. Las figuras más importantes eran más grandes que las de los demás personajes, y mostraban actitudes hieráticas, ausencia de expresividad, como signo de respeto. El tamaño tenía relación directa con su importancia social, así vemos que el faraón es el personaje más alto en las escenas familiares, donde sus mujeres, hijos o enemigos son más pequeños; el faraón representado en presencia de los dioses generalmente es del mismo tamaño.
- Ausencia de perspectiva natural: no había profundidad sino posición de figuras. El menor tamaño de algunas no significaba que estuvieran más alejadas, sino que eran menos importantes, simbolizando así su inferioridad.
- Colores planos: utilizando el color con tonalidades uniformes, pues no se hacían gradaciones de color ni medios tonos.
- Tipo de color: la piel de los hombres era oscura, en la gama del ocre o pardo-rojizo, mientras que en las mujeres era más clara, ocre o amarillo claro o rosado, con la excepción de Hathor, que tenía la piel tan oscura como los hombres; Osiris se representaba con el color de piel verde; el oro o su color simbolizaban al Sol, y a través de él, las divinidades y los faraones, etc. Los fondos son blancos, pero en la dinastía XIX, a veces, son amarillos.
- En los temas ceremoniales, representativos, o en las imágenes del difunto impera el canon de perfil, pero en la época de Amarna, o en los temas de animales, como las famosas "ocas de Meidum", se permiten gran libertad expresiva. Como elementos o motivos de ornamentación, en cualquiera de las referidas composiciones, estuvieron siempre en boga y son típicas en obras de escultura y pintura egipcias las flores de loto y papiro, las grecas y los diferentes roleos o volutas.
Escena de agricultura, Fresco de la Mastaba de Ti, Sakkara, Imperio Antiguo, c. 2494-2345 aC |
La pintura en el Imperio Antiguo
Durante este periodo no es posible disociar el bajorrelieve de la pintura ya que comparten los mismos temas con idénticos propósitos: representar la vida cotidiana y la naturaleza para que ambas puedan ser recreadas en la otra vida en la Duat.
En la Mastaba de Ti (dinastía V, hacia 2450 a. C.) hay diversos bajorrelieves pintados con escenas de trabajos agrícolas, entre ellos el hombre con una burra y su burrito que porta un fardo, o la escena de un esclavo, cruzando un vado, que lleva sobre sus hombros un ternero, y como evidencia de realismo en la pintura de animales, el ternero vuelve su cabeza para llamar a su madre, que marcha detrás.
Estatua del rey Micerino y su reina y esposa Jamerernebty, c. 2514 - 2486 aC. |
La escultura en el Imperio Antiguo
La escultura en el Antiguo Egipto se practicaba desde el periodo Predinástico con admirable perfección en estatuaria y bajorrelieves, conservándose millares de objetos de una y otra clase labrados en madera, marfil, en bronce (a veces dorado y con incrustaciones de oro y plata), en barro cocido y, sobre todo, en piedra que para las estatuas suele ser de gran dureza. Los bajorrelieves egipcios se usan para inscripciones jeroglíficas, representaciones de dioses y faraones, de la vida doméstica, de faenas agrícolas o escenas de ultratumba y sobre todo para conmemorar las victorias de los faraones. Ya en las obras prehistóricas comienzan a insinuarse las características propias del arte egipcio. En el periodo dinástico, las esculturas egipcias seguirán el mismo canon de la pintura. Quizás el hieratismo de las figuras, tenga que ver también con la dificultad de desarrollar movimiento, ya que no conocían la técnica del contraposto.
La arquitectura del Imperio Antiguo
Los templos egipcios son la imagen de la casa del dios. En la época predinástica eran simples capillas de techo arqueado, construidas con elementos vegetales. Durante las primeras dinastías pudieron surgir los primeros templos de adobe. En el Imperio Antiguo, Imhotep erige el primer complejo fúnebre monumental con piedra labrada, presidido por una pirámide escalonada, surgiendo los primeros templos en piedra, imitando las capillas de estructura vegetal aunque simbólicos, como un decorado, pues no se podía acceder a ellos
En Guiza perduran restos pétreos de templos de Keops, Kefrén y Micerino, faraones de la cuarta dinastía, formado parte de ambiciosos complejos funerarios presididos por inmensas pirámides. El faraón Seneferu, primer rey de la dinastía IV, padre de Jufu, ordenó construir tres inmensas pirámides diferentes. La pirámide de Jufu (Keops) se incluyó entre las Siete Maravillas del Mundo.
Pirámides de Guiza |
Posteriormente surge el Templo Solar, bajo el reinado de Userkaf, el primer faraón de la dinastía V, para representar los rituales de sacerdotes de Heliópolis al dios Ra.
© carlitosber.blogspot.com.ar, Septiembre 11 MMXIV
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FUENTES:
Fuentes: JUNQUERA, José (dir.) y MORALES Y MARÍN, José (coord.). Historia universal de la pintura. Espasa Calpe. 2001. Madrid. pp. 17-34;
http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_del_Antiguo_Egipto;
http://es.wikipedia.org/wiki/Pintura_del_Antiguo_Egipto;
http://es.wikipedia.org/wiki/Menkaura;
http://es.wikipedia.org/wiki/Arquitectura_del_Antiguo_Egipto;
http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/grandes_reportajes/8278/menfis.html#gallery-0;
http://es.wikipedia.org/wiki/Escultura_del_Antiguo_Egipto;
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