sábado, 11 de mayo de 2013

Semana 19

Llegar como sea a octubre

Insistieron hasta el cansancio en la fórmula de negar la realidad. Llegaron, incluso, a la insensatez de echarle la culpa a los demás . Apelaron a una teoría económica extravagante. Hasta La Jefa en persona tuvo que prometer por cadena nacional lo que el Inimputable Fernandito dijo en el spot que lo catapultó a la presidencia en 1999: "yo no voy a sincerar el tipo de cambio bajo ninguna circunstancia". Con la pequeña diferencia de que el Inimputable tenía a su favor un único argumento: al menos él no nos había llevado hasta ahí, él no era "el padre de la criatura", más allá que en ese momento se estaba ofreciendo como padre adoptivo. La Jefa no lo tiene, ella es la máxima responsable de los desatinos de esta "década desperdiciada", la mamá del "modelo", que ahora cruje por todos lados. Y a pesar de tener la ferretería completa a la mano, apela a alambre, cinta adhesiva y un chicle masticado tal personaje de serie ochentosa para "adornar" al elefante y tratar de convencer a la gilada de que no existe.Echando mano de recursos de realismo mágico, los Ladriprogresistas buscan llegar a octubre para con un nuevo golpe anímico plebiscitario alimentar el ánimo de una tropa alicaída de aplaudidores fanatizados que empieza a dudar.  

El anuncio del sorpresivo proyecto del gobierno nacional para propiciar un amplio blanqueo tendiente a captar moneda extranjera no declarada en poder de argentinos, tanto dentro como fuera del país, se produjo curiosamante en momentos en que crece la conmoción por el escándalo a partir de denuncias de lavado de dinero vinculadas con negocios del poder político. Parece una broma de mal gusto. Pero da cuenta de la desesperación de las autoridades nacionales por hacerse de fondos para paliar la insuficiencia de recursos del Estado nacional necesarios para atender inversiones en el sector energético y sostener la actividad inmobiliaria y de la construcción, gravemente afectadas desde la implantación del cepo cambiario.

Que el Gobierno Nac&Pop apueste a los evasores para financiar su déficit es otro indicador de que el relato oficial hace agua por todos lados. En los últimos días, al tiempo que la cotización del dólar paralelo perforaba permanentemente sus techos y la brecha cambiaria avanzaba hacia el ciento por ciento, altos funcionarios, como el Impresentable Arribista de la Campera de Cuero, que (todavía) se ríe porque se sabe intocable (por el momento), y el ministro de Economía, "Me quiero ir" (pero todavía no me dejan), se jactaban de que "el dólar no le importa a nadie" o bien minimizaban el impacto del mercado marginal de divisas. Un año atrás, la propia presidenta de la Nación llamaba a "desdolarizar" el pensamiento de los argentinos e instaba a todos a vender sus dólares y colocarlos a plazo fijo en pesos. El hecho de que su gobierno aparezca ahora tan inquieto por captar dólares de donde sea y como sea revela las falacias de aquel discurso oficial.

Por el perdón impositivo que implica la medida, quienes blanqueen dólares no declarados tienen un beneficio que va del 68% al 95%, según se trate de una persona o sociedad. Una persona o una sociedad que evadió en los últimos 5 años ingresos por 2.000 dólares dejó de pagar varios impuestos, como IVA, Ganancias, Bienes Personales o impuesto al cheque. Sin considerar la evasión del impuesto a los ingresos brutos ni la tasa de seguridad e higiene municipal, que incrementaría el beneficio estimado en el caso de que, como es de esperar, estos Fiscos se adhirieran al blanqueo, en el curso de esos 5 años, sobre esos US$ 10.000 ingresados, la persona física dejó de pagar impuestos en pesos por el equivalente a 4.051 dólares. De esta manera, mientras el evasor tuvo ingresos sin deducción impositiva por US$ 10.000, quien cumplió con el pago de los impuestos se quedó con US$ 5.948. O sea, el evasor tiene un ingreso un 68% superior al cumplidor. En el caso de una sociedad, la diferencia es del 95%, porque los impuestos suman el equivalente a US$ 4.878, quedando con un ingreso disponible de US$ 5.121 frente a los US$ 10.000 de la sociedad evasora.

Ningún blanqueo de capitales es en sí justo, en tanto tiende a favorecer al que evadió y a castigar a quien está al día con el fisco. La iniciativa que acaba de anunciar el gobierno Ladriprogresista, conocida a tan sólo cuatro años de la sanción de otra ley que permitió la repatriación de fondos no declarados en el exterior o en el país, terminará beneficiando a los evasores y no a quien siempre cumplió con sus obligaciones fiscales y que hoy, como muchos asalariados, ven fuertemente reducido su ingreso por los abusivos impuestos al trabajo.

Hace 21 años, sí el Riojano Más Famoso era el presi y Él y La Jefa gobernaban el feudo austral, el Superministro Mingo Crazy Horse impulsó un blanqueo de capitales similar. Por esas casualidades de la vida ambién lo anunció un martes: el 12 de mayo de 1992 Mingo hizo publicar en el diario La Nación un anunció con el siguiente título: "Tráigala de vuelta... y póngala a producir". Se instaba a traer de vuelta al país "los ahorros de moneda extranjera y depositarlas por un mínimo de 180 días en el Banco de la Nación Argentina u otra entidad financiera que adhiera expresamente a destinar esos fondos a créditos para la actividad productiva".

En el caso del Ladriprogresismo, el fin es captar dólares y entregar a cambio un certificado de depósito y bonos de inversión para volcar a los sectores inmobiliarios y petroleros. Estas áreas, últimamente, presentan dificultades como consecuencia de las trabas oficiales a la compra de moneda extranjera y por las importaciones, respectivamente.

O sea, el Ladriprogresismo quiere superar a la Convertibilidad (uh, dije una mala palabra). Quiere cumplir el sueño de La Jefa que una vez dijo: “Los argentinos tienen que tener en claro que los únicos que emiten dólares están en Washington. Miren qué bárbaro sería todo si uno podría emitir dólares”. Lo dijo en agosto del año pasado en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada. En ese momento La Jefa defendía el cerco al dólar. Ese planteo, el de tener la máquina que imprima los verdes billetes, lo volvió a reiterar en más de una ocasión. Y sus deseos, para algunos, son órdenes.

“Ahora vamos a poder imprimir dólares”, dijo sin ponerse colorado el Supersecretario Willie Polémico, esta semana. Estaba explicando cómo serán los CEDIN, los títulos que recibirían quienes depositen sus dólares en negro en el Banco Central para poder blanquearlos. ¿Por qué ese planteo del Willie? Es que la Casa de la Moneda, según explicó "Me quiero ir", imprimirá los bonos que representen valores de 100, 1.000 y 100.000 dólares depositados en el Central. Y esos papeles luego circularán por el mercado, comprándose y vendiéndose en dólares y en pesos, en blanco o en negro, según explicaron los cinco integrantes del equipo económico ayer en su larga exposición en el Senado. Uno podría argumentar que en verdad cada bono (de ahora en más) Patacón Verde emitido está respaldado por una cantidad equivalente de dólares depositados en el Banco Central, en curioso paralelo con la promesa noventista de la convertibilidad (uh!, dije otra vez la mala palabra).

Detrás del blanqueo, hay un desdoblamiento oficial del tipo de cambio, una mayor dolarización de la economía, una mayor depreciación del peso y un agrandamiento del sistema bimonetario.

Mientras los dólares de la exportación se tienen que liquidar al dólar oficial de $ 5,20, las divisas que ingresen del blanqueo van a convertirse en un Patacón Verde, convertible al dólar o en un Bono en dólares y a pagar en dólares. Así, además de dolarizar aún más la economía, como esos nuevos papeles van a cotizar en pesos a un precio muy superior al oficial, el blanqueo viene de la mano de un mayor desdoblamiento cambiario, con una devaluación oficial del peso.

Paralelo al dólar oficial de $ 5,20, estará el "dólar-Patacón Verde", el dólar Bono o “fuga” –ya existente pero ahora ampliado–, todos estos legales y que cotizan más alto que el oficial. Y el dólar blue (ilegal) que no desaparece porque quienes, por ejemplo, viajan al exterior y no obtengan dólares oficiales, van a seguir recurriendo al dólar paralelo-blue. El respaldo del Patacón Verde son los dólares depositados por los que blanquearon, que deberán ser entregados a quienes vendan una propiedad o realicen una construcción. Entonces, por ejemplo, mientras los exportadores recibirán pesos al dólar oficial, este segmento de la economía recibirá dólares físicos –en blanco– que podrán negociar en la economía formal.

Quienes ingresen al blanqueo, y no quieran comprar una inmueble o construir, podrán vender los Patacón Verde en el mercado secundario que manejará la ... “patria financiera”, la que pasará a contar con un nuevo negocio. De esta manera se crea un mercado formal de compra-venta de Patacón Verde al que se podrá acceder, con pesos o dólares, sin violar ninguna norma legal. Ese "dolar-Patacón Verde" irá cambiando de precio, como pasa con el “blue”, según la oferta y demanda.

Es menester insistir en que la fuga de capitales y la huida del peso argentino residen en un insoportable proceso inflacionario y en una creciente inseguridad jurídica, que conforman dos de los mayores problemas de la economía argentina y se suman a la falta de un piloto que despierte un mínimo de credibilidad. Ninguna de esas cuestiones hallará solución con un blanqueo que sólo agravará la desconfianza. En definitiva, no resuelven ninguno de los desequilibrios de fondo (los cinco déficits; fiscal, monetario, cambiario, laboral, estructural), no es más que otro parche de corta duración.

Lo que no podemos negar es que estos muchachos son imaginativos. La semana pasada decíamos que para salir de este estado de devaluación oculta con fuga de capitales, déficit de todo tipo, inflación y dispersión de precios, se podía salir evitando un brusco cambio del tipo de cambio según una fórmula "liberal" o según una fórmula "alternativa". Lo que no se nos ocurrió (y vaya aquí nuestra fe de erratas) es una fórmula transitoria gangsteril (pero, bueno, desde este Blog no hacemos apología del crimen). No resuelve nada, pero tiene la virtud de cambiar el eje de la cuestión. O sea, ya que los acusan de lavar, hacen legal el lavado. Utilizando la fórmula del valijero más famoso para contestarle al "Gordito Golpista", los Nac&Pop nos dicen a todos: "¿Querían lavado? Les vamos a dar Lavado".  




© carlitosber.blogspot.com.ar, Mayo 11 MMXIII
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