Hoy: "Manal", de Manal
Primer álbum del grupo homónimo (Alejandro Medina, Claudio Gabis, Javier Martínez), una de las bandas fundacionales del rock argentino. Fue producido, publicado y distribuido en 1970 por el sello Mandioca. El álbum esta calificado como el tercer mejor disco de la historia del rock argentino en la lista de los 100 Mejores elaborada por la revista Rolling Stone. Ha sido considerado uno de los pilares del rock nacional, significo además la consagración del grupo. Aunque disuelto poco después, con el pasar de los años, Manal se ha convertido en un grupo clásico del rock argentino.
El contexto
El trío Manal: arriba Claudio Gabis, abajo Javier Martínez y Alejandro Medina. |
Después de que varios sellos discográficos rechazaran los demos que el grupo presentó, Alejandro Medina, Claudio Gabis y Javier Martínez conocieron en una fiesta a Jorge Álvarez (un prestigioso editor literario), quién junto a Pedro Pujó (ex compañero de Claudio Gabis en el Colegio Nacional Buenos Aires), fundó el sello discográfico independiente Mandioca. Pocos días después, Álvarez y Pujó asistieron a un ensayo del trío y, entusiasmados por lo que escucharon, decidieron producirlo. Hasta entonces, el grupo era conocido en el ambiente musical y artístico como "Ricota", en alusión al trío británico integrado por Eric Clapton, Ginger Baker y Jack Bruce llamado Cream, (que quiere decir 'crema' en inglés), pero ese nombre nunca fue asumido por sus miembros. Ya relacionados con Mandioca, adoptaron como nombre definitivo Manal, propuesto en un brain storming por Javier Martínez.
La ideología vanguardista de Mandioca consiguió llevar al público la música y el arte del grupo.
El 12 de noviembre de 1968 el trío debutó públicamente en la sala Apolo de la calle Corrientes, y durante los meses siguientes realizó varias actuaciones en clubes de los suburbios de la ciudad de Buenos Aires. En el verano de 1969 se presentó junto a Los Abuelos de la Nada en Mar del Plata, donde en algunas ocasiones Pappo se sumó al trío como segunda guitarra. Pero fue en el Festival Pinap, organizado a fines de 1969, que Manal logró su consagración. En esa época, la banda realizaba conciertos prácticamente a diario.
Las sesiones de grabación se iniciaron a mediados de 1969, prolongándose hasta los primeros meses de 1970. Se registraron nueve temas, dos de los cuales fueron descartados, aunque luego se incluyeron en un álbum doble editado en 1973.
La portada
El álbum es conocido como La Bomba, porque su portada muestra la imagen de una bomba compuesta con las caras de los integrantes del grupo. El fondo de la portada es de un intenso color amarillo y en la esquina derecha superior figura el nombre del álbum en rojo. En la esquina opuesta se lee el nombre del sello: Mandioca. La gráfica fue obra de Rodolfo Binaghi. La contraportada es igual a la portada, solo que la bomba esta al revés. El álbum se abre en dos (como si fuera un álbum doble, también conocido como tapa doble), una presentación muy lujosa en esa época. En su interior contiene fotos de la banda y datos sobre las fechas de grabación, lista de canciones y un comentario escrito por el periodista Juan Carlos Kreimer. Las fotos pertenecen a Ricardo Rodríguez. En la foto central puede verse, atrás de Javier Martínez, el póster oficial del grupo, publicado por "Mano de Mandioca", obra del fotógrafo Rodolfo Vanni.
Las canciones
El célebre clásico "Jugo de tomate" abría el disco. Fue escrito por Javier Martínez durante una navidad en La Perla del Once. El estribillo de la canción es una metáfora sobre lo que se necesita para alcanzar el éxito en la sociedad de consumo. El tema, introducido y cerrado por un riff de guitarra construido sobre la escala de blues, repite cuatro veces una forma "A-B" única de 16 compases (8 de verso sobre el acorde de A7 y 8 de estribillo en sus relativos menores B-7 y F#-7). El arreglo tiene reminiscencias del rock-blues sureño de Estados Unidos, evocando un poco el estilo de Creedence Clearwater Revival.
La segunda canción, "Porque hoy nací", fue grabada sólo por Javier Martínez (guitarra y voz) y Claudio Gabis (órgano Hammond), en una sesión a la que faltó Alejandro Medina, que se encontraba enfermo. La letra incursiona en el existencialismo y la armonía es compleja y nada convencional. El elemento más característico del tema es el uso que hace Martínez del registro grave de su voz, creando un clima mántrico que sustenta los fraseos de órgano en el solo del medio y en la coda final de la canción. Aunque inicialmente fue considerada como un demo, su originalidad convenció a músicos y productores de incluirla en el disco.
"Avenida Rivadavia", el tercer track del disco, es el único tema en el que Alejandro Medina es la voz líder con reminiscencias de soul en su canto. Su arreglo combina elementos de rock y blues con un tratamiento rítmico y tímbrico propio del jazz. La secuencia armónica parte de la estructura de un blues menor, pero deriva hacia otros grados de la tonalidad. El solo de guitarra usa fraseología propia del blues, y el bajo y la batería tocan en swing. En ambos temas, además, título y letra mencionan explícitamente lugares y situaciones propias de la geografía y la cotidianidad porteñas.
El Lado A termina con "Todo el día me pregunto", cuya letra es una descripción del "naufragio", forma de vida propia de los tiempos en que funcionaba La Cueva. Uno de sus versos: "Para que vivo así/caminando sin parar/casi siempre sin dormir", alude a la costumbre adoptada por algunos frecuentadores del local de consumir pastillas para permanecer despiertos. Su estructura armónica es la de un blues, pero utiliza resoluciones poco habituales en cada uno de sus grados (tónica, subdominante y dominante). Al tema propiamente dicho, compuesto por Martínez (letra y música), se añadió en el arreglo un interludio instrumental compuesto por Medina y Gabis. La letra se inscribe en el clasicismo más riguroso del género blues, tanto emotiva como formalmente.
La otra cara del disco empieza con "Avellaneda Blues", considerada la canción inicial del blues en castellano. La obra evoca imágenes de un amanecer melancólico en Avellaneda, un suburbio portuario e industrial de Buenos Aires. El tema se gestó a partir de una caminata de Claudio Gabis y Luis Gambolini por las vías de Avellaneda y Gerli. Inspirado por el paseo, Gabis compuso una secuencia armónica y un borrador inicial de la letra de la futura canción. Pocos días después, en una fiesta, le enseño esos acordes y el borrador a su compañero Javier Martínez, quién compuso la lírica definitiva. Se trata de una forma de blues con numerosos acordes de paso, una resolución que sustituye el acorde dominante por una cadencia que desciende hacia la tónica (acordes bIII / II-7 / I ) y una coda que se repite al final de cada verso (acordes I / II-7). La armonía y el arreglo son afines al jazz, con la batería llevando la base muy libre, la línea de bajo walking, y la sonoridad de la guitarra limpia, como corresponde a ese género.
Le sigue, "Una casa con diez pinos" que está inspirada en un lugar real, una casa quinta situada en la localidad de Monte Grande, al sur de la ciudad de Buenos Aires. Con cinco pinos a cada lado de la entrada, ese inmueble había sido alquilado por Marcela Pascual (una amiga de Tanguito) al pintor Roy Macintosh, su propietario. A la casa concurrían artistas como Tanguito, Pajarito Zaguri, Pappo y Javier Martínez. Durante el día, los visitantes ocupaban el parque de una hectárea componiendo música, pintando o dibujando. Por la noche se juntaban en la casa y se mostraban sus obras. En ese contexto bohemio Martínez compuso la canción. Es la canción más dharma del álbum. Habla de escapar de la vida solitaria en la ciudad, para irse con los amigos a una casa en el campo, al margen de la sociedad. El arreglo del tema se inicia con un inusual solo de batería, tras el cual entra todo el grupo. La línea de bajo de Medina apoya y responde a la voz soulera de Martínez. La guitarra emplea también recursos propios del soul, inspirados en el estilo del guitarrista Steve Crooper. La coda final alterna un scat de Martínez con fraseos de la guitarra.
Javier Martínez dice haber compuesto la última canción del álbum, "Informe de un Día", en la casa de Pipo Lernoud, luego de llevar dos días sin dormir. La temática de la letra tiene connotaciones existencialistas, además de hablar sobre la rutina del hombre como del intento de escarparse de la misma. La parte "A" (16 compases) explota la sonoridad bluesy de la cadencia formada por los acordes E7(#9) y F#7(#9); la parte "B" (8 compases) transita grados del intercambio modal. El arreglo fusiona elementos de rock duro y blues con un tratamiento rítmico propio del jazz. La base es llevada por la batería tocando en swing, acompañada por una típica línea de bajo walking, pero con sonido distorsionado. La guitarra también utiliza un timbre distorsionado, tocando notas prolongadas y haciendo uso del feed back (acople). El solo se inicia con una sección free, en la que hacen contrapunto batería y bajo sobre un tempo tácito, entrando luego el solo de guitarra sobre el ritmo ya restablecido de la base. Martínez lleva la voz líder, apoyado en los coros de los estribillos por Medina.
© carlitosber.blogspot.com.ar, Junio 10 MMXIV
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FUENTE:
http://es.wikipedia.org/wiki/Manal_(%C3%A1lbum)
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