Loving se quedó sin estrategia
Hasta La Jefa lo dejó. Ella prefiere mostrarse con el ministro Chantazzo, esa extraña criatura en ascenso por haber computarizado el sistema para hacer los documentos -para que luego de siglos de ineficiencia, nos acercara un poco a lo que es un servicio público de buen nivel- y que anunció la "revolución" en los transportes públicos que, hasta ahora se tradujo, en dos tarifazos, mucha pintura y lavada de cara en las estaciones de tren y la compra de algunas formaciones chinas para suplir parte del obsoleto material rodante que circula por las vías todavía, transformado en auténtica trampa mortal para sus usuarios, ya (mal)acostumbrados a viajar como ganado. El Loving Vice quedó relegado. Todavía lo ponen en la primera fila en los actos que se transmiten por Cadena Nacional, pero ahora en función "potus". Pero lo que más lo alarma al otrora sonriente "muchachote" de campera de cuero, guitarra y Harley -ahora tipo enojado, desconfiado y a punto de prender el ventilador en velocidad "arrojar m... para todos lados"- es que nadie de la tropa que, ingenuamente, creyó propia, le responde y hasta -sospecha- que no sólo le soltó la mano, sino lo está empujando despacito al abismo.