Semana 51

El modelo se quedó sin energía

Todo el mundo habla de que si tiene o no luz, de algún conocido o familiar que estuvo varios días sin luz. El jefe de Gabiete Coqui y el ministro de Planificación Don Julio salieron a explicar que la -cada vez más imaginaria- “década ganada” ha provocado un aumento del consumo -tanto industrial como doméstico- que los calores de un verano que se adelantó más la inconsciencia de consumidores derrochones provocaron los cortes. Después de los autoacuertelamientos -o sediciones- policiales y los saqueos -o robos organizados-, llega el fantasma de los cortes de luz programados nos retrotrae a otro verano caliente, el de 1989. En un momento muy particular en el que todo el relato que el Ladricorporativismo ha edificado en 10 años ha empezado a resquebrajarse en forma diaria, porque la realidad es así; siempre termina desbordando todos los diques que queramos ponerle. En esa debacle, los "progres" de cartulina que siguen creyendo en el modelo de inclusión -que nunca existió- se tuvieron que comer un sapo enorme, como la designación al frente del Ejército de un militar que se desempeñó durante la última dictadura en el área de inteligencia militar y tiene el tupé de decir que no sólo no participó de la represión genocida, sino que hasta no sabía nada. Pero bueno, esta parte de los seguidores del Ladricorporativismo hace rato que vienen acostumbrados a la batraciofagia.   

Esta semana el Gobierno Nac&Pop otra vez se vio en la incómoda situación de salir a dar respuesta después de las echos. Mientras miles de vecinos de Capital y el Gran Buenos Aires sufrían en carne propia la realidad que durante la supuesta "década" ganada padecieron los pobladores de las provincias del Interior, al tiempo que el clima se ensañaba con ellos con el final de la primavera más caluroso en décadas, y enfurecidos caceroleaban, cortaban calles y salían furibundos en los medios, pasaron de jurar que nunca jamás habrán cortes programados a tirar un globo de ensayo que lo bajaron de un hondazo en sólo horas la total negativa de la opinión pública(da). Tuvieron que salir a prometer otra "reestitzación" -tratando de convertir el fracaso en otra epopeya simbólica de cotillón, que puede terminar siendo otra tranza con los vaciadores que se llevaron toda la papota desde los 90 con los que comparten complicidades en la casi criminal estructura de los subsidios que se dilapidaron en la última década- Culpar a los usuarios derrochones -luego de una década de tarifas de servicios de regalo y de política del consumismo en cuotas- o al crecimiento económico del "modelo" que nunca existió -justo cuando la economía se estancó y la moneda se devalúa-. La realidad, como venimos diciendo en esta sección, está cacheteando al Ladricorporativismo de lo lindo.  

Pero esto demuestra que la realidad ha desbordado a un modelo que se ha quedado sin energía. Con una realidad, hay una ausencia de la centralidad pública inusual de La Jefa luego del cachetazo que significó la derrota en las PASO -que se profundizó en las elecciones legislativas con la licencia presidencial-. Si lo comparamos con la campaña previa al 11 de agosto y la reacción de los días inmediatamente posteriores se hace más evidente como La Jefa se hizo a un lado de la escena política. No quiere decir que esté fuera del ejercicio del Poder, el Gobierno Nac&Pop está lejos de desmoronarse o quebrarse, todavía. Pero La Jefa no está en el centro; y esto en un unicato extrema las diferencias, las pujas internas, las negligencias de un Gabinete en el que no hay ni conjunción ni ideas comunes de cómo llegar al lejano 10 de diciembre de 2015.

Con un dato más, por primera vez un gobierno peronchista tiene pocas posibilidades de entregarle la papa caliente a un gobierno de otro partido. Como había logrado el Riojano Más Famoso, que logró entregarle no sólo el gobierno, sino también los efectos de la crisis terminal de la convertibilidad al inimputable Fernandito -más allá de la incapacidad que este radicheta demostró como primer mandatario-. La extensión de la era Nac&Pop ha llevado que el mismo Ladricorporativismo deba pagar las consecuencias de sus errores. O, si logra extender la agonía lo suficiente como para llegar al lejano 10 de diciembre de 2015, deberá continuar en el Poder o entregarle la papa caliente a otro peronchista. El problema es que una parte de los Ladricorporativistas aún creen que esos errores son aciertos; otra parte quiere llegar como sea, y otra quiere heredar una economía “saneada” -o sea luego de un ajuste que pague el pueblo- cargándole a La Jefa los costos políticos.

Apenas pasados los amotinamientos policiales, el gobierno nacional y sus opositores salieron a despotricar contra el corrupto y mafioso aparato policial que ellos mismos crearon y que -como se pudo ver en la brutal represión de la policía tucumana a los comerciantes que caceroleaban contra el gobernador y la policía pidiendo seguridad- los ayuda a sostenerse en el poder porque, cuando no son sus esbirros, son sus cómplices. En algunos casos, como el Sota del goberna cordobés, hicieron correr la versión de que podrían impugnar judicialmente esos acuerdos salariales. Es que en pleno ajuste, crisis inflacionaria y devaluación del peso, aumentos del ciento por ciento en los salarios son difíciles de asimilar. Los trabajadores han venido reclamando aumentos desde antes de la asonada policial. El régimen de funcionarios, punteros y camarillas oficiales está demasiado ligado al de las policías bravas, que prohijaron durante décadas.

El único propósito de los pronunciamientos pretendidamente antipoliciales es apuntar contra las reivindicaciones del movimiento obrero por un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar. Las movilizaciones de docentes, estatales y trabajadores de la salud ganan el centro de la situación política en un número cada vez mayor de provincias. Los medios aluden a estas movilizaciones como una ‘derivación de la crisis policial’, como si no fueran el resultado de una crisis inflacionaria y social mayor. El año 2013 termina con una inflación real del 30%, frente a aumentos salariales que -para quienes los tuvieron- no superaron el 20%. Esta realidad no toma en cuenta al 40% de trabajadores precarizados, ni a quienes perciben el planes sociales. Una estadística privada acaba de revelar que, si se hubieran indexado desde su creación, esos planes deberían estar hoy en 2.900 pesos, casi un 50% más que sus montos actuales. Lo mismo vale para las asignaciones universales. La política oficial de devaluación de la moneda está pulverizando su propio andamiaje asistencial.

Los cortes de luz y de agua, que expresan el derrumbe más completo del sistema de privatizaciones y vaciamiento sistemático de las empresas públicas que es, al fin y al cabo, una de las pocas (anti)políticas de Estado que se mantienen desde, al menos, la última Dictadura militar hasta la actualidad -pasando por absolutamente todos los gobiernos, claro que algunos fueron más alevosos que otros-, añaden su cuota a la bronca popular. Para el gobierno y los opositores, es sólo la justificación del paso que se viene: la liberación de las tarifas y el ajuste contra el pueblo, para “sanear” la economía antes del próximo recambio presidencial. Los propios Mini Gobernas del Conurbano (con el Renovador Sergio de Tigre a la cabeza) y los señores feudales del Interior (con el jefe de gabinete Coqui como mascarón de proa) no quieren que el Ladricorporativismo haga “la gran” Riojano Más Famoso.  

© carlitosber.blogspot.com.ar, Diciembre 21 MMXIII

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