lunes, 23 de febrero de 2015

Historia de América Latina (19)

Las reformas borbónicas
Quinta Parte: La Capitanía General de Chile

El primer plano "científico" de Santiago

La Capitanía General de Chile se creó en 1589, luego de aplacada la Guerra de Arauco, en la que murió el conquistador y primer gobernador del Reino de Chile. Pedro de Valdivia. La nueva jurisdicción tuvo como capital la ciudad de Santiago de Nueva Extremadura (hoy Santiago de Chile) y quedó bajo el control del Virrey del Perú. Originalmente abarcaba lo que hoy es el territorio de las provincias argentinas de la región del Cuyo. Con las reformas borbónicas, el "Reino de Chile" perdió estos territorios, pero fue ganando mayor independencia del Virreinato del Perú, hasta que en 1798 el rey Carlos IV eliminó definitivamente la injerencia de Lima.



Organización e historia

Mapa francés de Chile de 1656 , por  de Nicolas Sanson
Le Chili. Disponible bajo la licencia CC BY 2.0  Wikimedia
 Commons http://es.wikipedia.org/wiki/Capitan%C3%ADa_General_de_Chile#mediaviewer/File:Le_Chili.jpg
Al frente de la capitanía se encontraba el gobernador y capitán general, asesorado por la Real Audiencia, presidida por el mismo gobernador, razón por la cual se le denominaba indistintamente presidente o gobernador y, también, capitán general. La Audiencia, además de servir de órgano consultivo del gobernador, tenía las funciones de tribunal de apelaciones del reino.

El rey Felipe II sujetó al gobernador a la vigilancia del virrey del Perú, al expresar en una real cédula del 21 de enero de 1589:

"Que el Governador de Chile esté subordinado al Virrey de Lima, y le correspondan en las materias de su cargo" y debía "guardar, cũplir, y executar sus ordenes, y avisarle de todo lo que allí se ofreciere de consideración".

A partir de dicha norma, los virreyes entendieron que la relación entre ambos era de efectiva dependencia, sin embargo, en algunos casos la relación del gobernador fue directa con el rey y en otras pasó por el virrey del Perú.

La base de la relación es la real cédula antes mencionada, no obstante, hubo otras posteriores que perfilaron el tipo de relación efectiva entre la capitanía y el virreinato. Por ejemplo, mediante real cédula, se autorizó a los virreyes a intervenir en Chile sólo en caso de "alboroto y tumulto"; se facultó a los virreyes a poner en práctica estrategias militares en la guerra de Arauco, guerra defensiva, y después se ordenó directamente al gobernador de Chile a implantarlas, guerra ofensiva. También se facultó a los virreyes para remover al gobernador y, posteriormente, se negó tal atribución.

Primera representación de Santiago de Chile. El plano forma
 parte de "Nueva crónica y buen gobierno", de Guamaán Poma,
escrito desde 1612 hasta 1615 o 1616
La Recopilación de Leyes de Indias de 1680, en la Ley XXX (Que el Virrey del Perú y Audiencia de Lima no se entrometan en el gobierno de Chile, si no fuere en casos graves, y de mucha importancia) del Título III (De los Virreyes, y Presidentes Governadores) del Libro III, recoge el contenido de una real cédula del rey Felipe III, de 15 de octubre de 1597, que establecía que

"Es nuestra voluntad, que los Virreyes del Perú, y Audiencia de Lima no impidan, ni embaracen al Presidente Governador y Capitán general de Chile en el gobierno, guerra y materias de su cargo, si no fuere en casos graves, y de mucha importancia, aunque esté subordinado al Virrey, y Governador de la Audiencia de Lima".

Respecto a los recursos militares (armas, soldados, etc.) y el abastecimiento comercial, la capitanía siguió con dependencia virreinal aunque la administración de justicia era autónoma de aquél, salvo respecto de la Inquisición que correspondía a un delegado de Lima, al igual que los juicios de comercio que dependieron del Consulado del Virreinato hasta 1795, fecha en la que se crea un Consulado en Santiago.

En lo gubernativo, la relación fue fluctuante, dependiendo del período, las instrucciones que enviaba el rey e incluso las personalidades de las respectivas autoridades (virreyes y gobernadores) y no hubo nunca una anexión formal de la capitanía al virreinato, ya que nominalmente los territorios de Sudamérica española, excepto el territorio de Caracas, y Panamá estaban incluidos inicialmente dentro del mismo, hasta la creación de los nuevos virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata, quedando por ende bajo su superior gobierno (y no bajo su gobierno directo). En ciertos periodos, por cuestiones estratégicas de seguridad del virreinato –por ejemplo, ante amenazas de corsarios– los virreyes intervinieron directamente en el gobierno de Chile, incluso por propia iniciativa; asimismo, algunos gobernadores acostumbraron consultar o pedir instrucciones sobre temas urgentes al virrey, por la gran distancia que los separaba del rey, quien se encontraba en España.

Ambrosio O'Higgins, Gobernador de Chile entre 1788 y 1796.
En 1733, el Cabildo de Santiago pide al virrey la instalación en Chile de una casa de acuñación de monedas; frente a la demora de la respuesta, solicita en 1741 al rey de España permiso para instalar una fábrica monetaria y así solucionar el problema de la carencia de circulante que se producía cuando desde Perú se atrasaba el envío de éstas. La Casa de Moneda de Santiago de Chile, fue fundada finalmente por Felipe V de España por Real Cédula del 1 de octubre de 1743, otorgando el privilegio perpetuo de acuñar monedas a Francisco García Huidobro y otorgándole además el usufructo de todas las utilidades de producción; como era un acaudalado vecino de la ciudad, se ofreció a financiar su instalación, mantención y gastos de operación sin costo para el Reino. Felipe V falleció en 1746, antes de que la nueva ceca hubiera iniciado sus labores. La primera moneda acuñada en Chile colonial para circulación fue la del 10 de septiembre de 1749 siendo ésta la de 4 escudos de oro, también conocido como la "media onza", la cual portaba la efigie de Fernando VI; de esta manera la Gobernación comenzó a tener cada vez más autonomía con respecto del Virreinato del Perú.

Finalmente, en 1798, a propósito de una disputa entre el virrey O'Higgins y el gobernador Avilés, el rey Carlos IV resolvió en una comunicación dirigida al virrey, el 15 de marzo de aquél año, declarar a Chile "independiente de ese virreinato, como siempre debió entenderse":

"Enterado de todo el rei, como igualmente de lo que V.E. espuso sobre este particular en carta de 8 de junio del año próximo pasado, ha resuelto vuelvan á su destino los individuos de los cuerpos de Chile á quienes V. E. concedió licencia para separarse de ellos; i que en el caso de acomodar á algunos así de estos como á cualesquiera otros de los militares el pasar del uno al otro reino, lo acuerden entre si V. E. y el capitán jeneral de Chile, á quien se ha servido S. M. declarar independiente de ese virreinato, como siempre debió entenderse, bien que es la voluntad de S. M. que procuren VV. EE. ir siempre acordes en las providencias que interesan al bien de su real servicio, único objeto que debe tenerse presente por todos, i en especial por los sujetos mas caracterizados en quienes deposita S. M. su autoridad: i así lo espera de la prudencia y demás circunstancias que tiene V. E. en su persona, como en la suya el enunciado capitán jeneral."


Estructura social

Mujeres de la Colonia de Pedro Subercaseaux. Obra que muestra la vida en Chile durante el periodo colonial.

En la cúspide de la pirámide social estaban los españoles, grupo minoritario de la sociedad colonial, pero dominante en la aristocracia. Ellos ocupaban importantes cargos públicos y militares.

En segundo lugar estaban los criollos quienes eran los descendientes en estado puro o casi puro (y generalmente legítimos) de los españoles. Gran parte de ellos pertenecía a la aristocracia. Estos eran los dueños de las tierras y dominaban la mayoría de las actividades productivas. Algunos integrantes de este grupo con fuerte poder socio-económico, pero no político, lograban ocupar cargos públicos, pero de mediana o poca importancia. Al terminar el período de la Colonia, la mayor parte de este grupo era de origen septentrional (castellano y vasco principalmente). Debajo de esta aristocracia (de origen español septentrional) se encontraba una incipiente "clase media", principalmente de origen español meridional (andaluz y extremeño principalmente).

En tercer lugar tenemos a los mestizos quienes eran el grueso de la población colonial. Estos eran los nacidos de relaciones español-indígena o criollo-indígena, aunque al avanzar el período colonial, y con la extinción de los indígenas en las áreas bajo dominio español, sigue su curso el proceso de mestizaje, esta vez entre blancos y mestizos (aumentando así el porcentaje de sangre española en la población que habitaba estas áreas). Los mestizos trabajaban en diversas labores, como artesanos, militares de bajo rango, pequeños comerciantes, etc., aunque principalmente en la agricultura (como mano de obra, a través del "inquilinaje", institución que a su vez reemplazó a las "encomiendas" debido a la extinción de los indios en las áreas bajo dominio español). Por la inexistencia de una legislación que los protegiera, a pesar de ser libres, eran fuertemente discriminados, por lo que no participaban en actividades políticas ni administrativas.

En cuarto lugar en la pirámide social estaban los indígenas, mal denominados como "indios" (y también llamados "naturales"), eran considerados menores de edad, por lo que existía una legislación que, a diferencia del grupo anterior, los protegía. Pero a pesar de eso no fueron muy respetados ni tuvieron derecho a participación política. Al llegar el siglo XVIII se produjo su extinción en las áreas bajo dominio español.

Por último, en la base de la pirámide social y en quinto lugar se encontraban los esclavos negros los cuales tenían un presencia relativamente reducida en número (pero superior a la que hasta hace poco se le ha atribuido). Ellos se encargaban de los trabajos domésticos.


Economía colonial

Paisaje de la campiña chilena en un grabado de 1744 publicado en la obra Relación histórica del viaje a la América meridional Tomo II de Jorge Juan y Antonio de Ulloa.

En los inicios de la colonia, en el siglo XVI la economía se basaba en la Encomienda. Este sistema consistía en que a un encomendero se le asignaban un grupo de indígenas que trabajaban para él y defendían el territorio de la Corona. A cambio, el encomendero les daba "protección", evangelización, vestuario y alimento. Por la progresiva disminución de indígenas este sistema ya no era sustentable, por lo que la Hacienda, en el siglo XVII, se transforma en la base de la economía rural. Estos grandes terrenos, en que se realizaban actividades agropecuarias, tenían talleres para la fabricación de los elementos que necesitaban, por lo que la hacienda era capaz de autoabastecerse. El hacendado, generalmente criollo, estaba a cargo de su hacienda (eran los mayordomos, según otras versiones ; en tanto la mayoría de los hacendados, muchos de ellos españoles de nacimiento, residía en la ciudad). Él se encargaba de contratar inquilinos y peones como mano de obra (!). Los primeros trabajaban en faenas productivas y protegían los límites del territorio, a cambio, recibían una tierra para vivir, cultivar y criar ganado. Los segundos, solían vagabundear por los campos, buscando trabajo en las haciendas durante los tiempos de cosecha.

En el siglo XVI el mercantilismo, sistema económico optado por la Corona, fomentó la Minería, específicamente, la obtención de metales, para poder enriquecer a la Metrópolis. Se encontraron numerosos lavaderos de oro para fabricar monedas, vajillas, joyas, cañones, campanas y utensilios domésticos. Además de oro, se explotaban minerales de plata, cobre y plomo y en la agricultura se inició la sembrada de trigo y cebada.


Educación en la Colonia

"Baile del Santiago antiguo" de Pedro Subercaseaux.
Durante la colonia, la educación fue una tarea encabezada prioritariamente por congregaciones religiosas y, en menor medida, por los cabildos. En ellos se enseñó a leer y a escribir, más algunos rudimentos de aritmética y catecismo. Pero la real educación era más enfocada a las áreas aristocráticas del país como lo eran los españoles e hijos de españoles en Chile, aunque existen registros de escuelas hechas para formar mano de obra, y a las mujeres enseñar prácticas de costuras, todas estas dirigidas por órdenes religiosas como los jesuitas y dominicos entre otros. Los sacerdotes eran las personas más cultas de la época; por eso, la enseñanza tuvo una sólida base religiosa. Ellos impartían la educación, destinada a los niños de las familias adineradas. También en este periodo las órdenes de los mercedarios y franciscanos formaron escuelas en Concepción, Osorno, La Imperial y Valdivia.

La mayoría de las grandes ciudades llegaban a tener colegios que impartían la educación secundaria con el auspicio eclesiástico, estos ingresos provenían de donaciones, su objetivo era formar gente letrada en el área sacerdotal (seminarios). Para la corona, toda comuna debía sostener una o más escuelas primarias, pero las rentas municipales resultaban por lo común escasas, y en las postrimerías del régimen colonial el número de escuelas públicas normalmente era nulo.




© carlitosber.blogspot.com.ar, Febrero 23 MMXV
Permitidos su copia, plagio o reproducción sin citar la fuente.

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FUENTES:
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Chile
http://es.wikipedia.org/wiki/Chile_colonial
http://es.wikipedia.org/wiki/Capitan%C3%ADa_General_de_Chile
http://www.educarchile.cl/ech/pro/app/detalle?id=78043

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